Sevilla ‘para herir’, decía Lorca. Para sentir, siempre.
Su arte, sus gentes, y su gastronomía…¡A toda hora! Sevilla es la ciudad más poblada de toda Andalucía y se nota. (La cuarta de España, por detrás sólo de Madrid, Barcelona y Valencia)
Sevilla para herir y herirse de todo. Sevilla para sentir y sentirla de más. Absolutamente toda. Sevilla para nacer porque es volver a nacer, sin duda. Visitar Sevilla es descubrir que la vida puede empezar de nuevo en cualquier momento. Porque Sevilla es punto y aparte.
Tiene el casco histórico más grande de toda España, al Guadalquivir que la atraviesa (puede navegarse desde la ciudad hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz), y sobre todo, tiene a Triana que es, como dice su publicidad, puente y aparte.
Sevilla tiene luz, color y alegría. Sí, como dice la canción, y es que tiene chispa. ¡Para qué negarlo! Sin tópicos, de verdad. Pero sin enredos y aunque Sevilla te enrede… ¡Vamos al lío!, que diría el gitano, porque toda ella es un gran casco histórico en el que hay mucho que ver.

Casi todo en la capital sevillana tiene un por qué y un guiño… Hasta comprar un número de lotería (Fotografía de la autora para Espiral 21).
Y mucho que hacer. Sevilla te invita a callejear desde que atraviesas una cualquiera de sus puertas, la de Carmona, la de la Carne o la de Triana. Tan pronto pones un pie en el Barro de Santa Cruz como apareces en la ‘avenida’, que así llaman a la calle por la que discurre el tranvía delante de la Giralda.
Se enorgullecen de aquello de… “Quien no ha visto Sevilla, no ha visto maravilla”. Y no me extraña. Todo despierta tu curiosidad y parece una ciudad pensada para no parar, o todo lo contrario, hacerlo continuamente en todas y cada una de las aquellas plazas que te vas encontrando. (Casi siempre hay un árbol y una terraza, al menos).
Su arte, sus gentes, y su gastronomía…¡A toda hora! Sevilla es la ciudad más poblada de toda Andalucía y se nota. (La cuarta de España, por detrás sólo de Madrid, Barcelona y Valencia). Ni te cuento cuando decides explorar la conocida calle Sierpes, incluida en la ‘carrera oficial‘ durante la Semana Santa.

Semana Santa en Sevilla tiene una lectura aparte y la ‘carrera oficial’ de los tronos marca el ritmo (Fotografía Espiral 21).
En pleno centro de Sevilla, es la zona comercial por excelencia que va desde la Plaza de la Campana (donde está la deliciosa pastelería del mismo nombre) hasta la Plaza de San Francisco, de donde sale el tranvía. Bulliciosa y animada hasta decir ‘basta’, puedes recorrerla 20 veces arriba y abajo sin ser consciente de ello.
La Catedral de Sevilla sería el primer monumento a visitar. De todas, todas. Por dos razones de peso… Porque es la catedral gótica más grande del mundo, y el tercer templo católico por detrás de la Basílica de San Pedro del Vaticano, y San Pablo en Londres.
Y también porque fue construida sobre la antigua Mezquita Aljama de Sevilla, aunque sólo se conserve de ella dos elementos que nos lo recuerdan, el ‘Patio de los Naranjos’ y el que constituye el segundo motivo que impone su visita, su torre campanario y antes ‘alminar’, o lo que es lo mismo, la ‘Giralda’. Ahí es nada, todo un símbolo de la capital Andalusí y su fusión de culturas.
Por cierto, que también puedes acceder desde el exterior del complejo a este vistoso patio, con su preciosa fuente, desde la emblemática Puerta del Perdón (no te pierdas los detalles de sus relieves).
La Giralda de Sevilla roza los 100 metros de altura y, en su día, fue considerada la torre más alta en todo el mundo. Y es que pensemos que después del descubrimiento de América en 1492, la ciudad de Sevilla se convirtió en el centro económico de España. El Archivo de Indias o la Casa de la Moneda nos lo recuerdan.
Más allá de que Cristóbal Colón o Alfonso X el Sabio estén enterrados en la Catedral sevillana… Entre tanto rincón, curiosidad y detalles, cuenta con que al menos media jornada se te irá en su visita, más que entretenida.
Así que te recomiendo comenzar por la subida a pie hasta lo más alto de la maravillosa Giralda y sus 35 rampas de ascenso, las mismas que el sultán subía a caballo para divisar toda Sevilla.
Y de torre a torre, tiro porque me toca. Porque la otra ‘atalaya’ famosa de Sevilla es la ‘Torre del Oro’, junto a la emblemática Plaza de toros de la Real Maestranza, y por si fuera poco, a orillas del mismísimo río Guadalquivir (único puerto marítimo interior de España).
Servía en su tiempo como fortín defensivo de otro de los rincones imprescindibles de Sevilla… El Real Alcázar de Sevilla, verdadera joya arquitectónica que evidencia la importancia de la cultura árabe en toda la zona de Andalucía. Un maravilloso palacio real que está entre los seis monumentos más visitados de España.
Sus jardines son espectaculares, pero te recomiendo que no los dejes justo para el mediodía, cuando el sol aprieta. Y casi junto a él, el legendario ‘Archivo de Indias’, creado por Carlos III, que atesora 80 millones de páginas y 8.000 ilustraciones, entre mapas y dibujos, referidos a los entonces territorios de ultramar.
No abandones aún esta orilla del Guadalquivir, pese a sentirte tentado por ese barrio de Triana que te aguarda enfrente, porque todavía hay otro rincón en este área monumental… El ‘Parque de María Luisa’ con la Plaza de España dentro de él (levantada con motivo de la Exposición Iberoamericana que se celebró en Sevilla en 1929, con 48 bancos dedicados a todas las provincias españolas y decorados con azulejos de arcilla sevillana).

Sevilla es también tradición y modernidad. Mujeres con peineta y mantilla consultan su móvil ante una tienda de bordados y otra maquillada con grafittis. (Foto Espiral21).
No es de extrañar que por ella paseara Natalie Portman, en el papel de Amidala, junto al joven Anakin Skywalker en ‘El Ataque de los Clones’ (Episodio II de la mítica saga de Stars Wars). Claro que ya lo hizo también en su día Peter O’Toole como ‘Lawrence de Arabia’.
Escenario de cine, lo es también de relax para sevillanos y turistas, así que date el gusto de optar por un ‘coche de caballos’ para pasear por este ‘pulmón sevillano’ y refrescarte. (Además, vale la pena el relato que te hace el chófer con orgullosa pasión, acento cerrado y nombre del caballo incluido).
Ya fuera de los jardines, con aires renovados, vuelve sobre tus pasos. Porque antes de cruzar al otro lado del río para adentrarte en Triana, el barrio con más tipismo de toda Sevilla, no debes perderte Santa Cruz.
Rectifico, mejor aún. Deber perderte y dejarte llevar por la pintorescas callejuelas y auténticos laberintos del ‘Barrio de Santa Cruz’. Lleno de encanto y de casas señoriales, con patios llenos de color y pequeñas fuentes.
Principal barrio de Sevilla y el más visitado también… Pero no dejes que te aturdan las tiendas de ‘souvenirs’ ni las riadas de turistas, porque es precioso y está lleno de recónditos rincones que te enamorarán. Seguro.
Además aún pueden verse en él las huellas de la antigua ‘Judería’ que albergó, pues aquí se instalaron los judíos después de que Fernando III reconquistara Sevilla a los musulmanes.
Para cuando quieras darte cuenta, habrás pasado del aroma a azahar que inunda estas callejuelas al olor del ‘pescaíto frito’, porque seguramente llegaste a la ‘Puerta de la carne’, donde abundan las ‘freidurías’.

Olor y aroma a azahar es característico de los cientos de naranjos que pueblan Sevilla y los alrededores de La Giralda. (Foto Espiral21).
Y es que Sevilla tuvo varias puertas que en su día marcaban las murallas de la ciudad y se usaban como entrada o salida en su vida más comercial. Ya no es visible ésta porque se demolió, pero fue la salida directa desde el Barrio de la Judería, y aún se conoce este enclave como tal porque justo ahí hubo un matadero por fuera de las murallas en tiempo de los Reyes Católicos.
Pero los sevillanos continúan refiriéndose a ellas como si aún existieran más allá de su imaginario colectivo. “Nos vemos en la Puerta de Jerez, en la de Triana o en la de Carmona”. ¿Qué puertas se conservan aún en pie de la veintena que hubo en tiempos?… Pues sólo cuatro.
La del ‘Arco de la Macarena’, que da nombre al barrio y era la Puerta Norte de la muralla y por tanto, una de las cuatro principales. La encontrarás junto a la Basílica de la Virgen de la Esperanza, visita imprescindible en Sevilla, claro (si no quieres que los sevillanos te coman antes de irte).

Los Reales Alcázares de Sevilla, escenario del rodaje de la afamada serie de HBO, ‘Juego de Tronos’… A la capital sevillana sólo le falta dragones.
La Puerta de Córdoba, adosada a la iglesia de San Hermenegildo, en el extremo sur de las murallas de la Macarena. Con un patio en el interior de su torre, es uno de esos tesoros ocultos de Sevilla (casi tan valioso como saber dónde comer las mejores ‘ortiguillas’, que después te contaré).
La de ‘la Victoria’, ‘Arquillo de la Plata’ o ‘Postigo de Abd-el-Aziz’, puerta interior de acceso al recinto del Alcázar, dentro del barrio de Santa Cruz. Y la del ‘Postigo del Aceite’, que también fue de acceso a la ciudad y la encontrarás junto al edificio de correos, en el histórico barrio del Arenal. (Por cierto, ‘caliente-caliente’ para comer esas ortiguillas que ya mencioné).
Y ahora sí… Basta ya de puertas porque llegó el momento de ir a pasear al ‘Barrio de Triana’. Así, con mayúsculas. No hallarás monumento histórico en especial, ni falta que le hace. Pero cuando cruces el Puente de Triana (nadie lo llama de Isabel II, aunque sea su nombre real, y es el más antiguo de hierro que se conserva en España), notarás un cambio de latido.

Cierto es que Sevilla tiene un color especial, sobre todo. al atardecer en el Puente de Triana (Fotografía de la autora del reportaje para Espiral 21).
Sevillano 100% y a la orilla misma del río Guadalquivir, ocupa el oeste de ese famoso centro de Sevilla que ya batimos a pie. Las vistas, el ambiente por el que parece que el tiempo no pasa, y su mercado de abastos, tan lleno de tradición como de tentaciones gastronómicas.
(Por cierto, y sólo como anécdota. En la taberna de un ‘sevillista’ que, por supuesto odia al ‘Betis’, junto a la entrada del mercado que da a la calle principal, comimos los mejores ‘huevos rotos’ de toda mi vida).
En cualquier caso, la magia de Triana merece un paseo de día y otro de noche. Además de una visita obligada a la basílica del Cristo de la Expiración, también conocido entre los sevillanos como ‘el Cachorro’, y a la capilla de los marineros de Triana, sede de la Virgen de la Esperanza de Triana. Toda una institución.
Pero como lo prometido es deuda… Regresamos al barrio del Arenal, que ya visitaste. Ubícate en la Plaza del Triunfo, rodeada de los señeros edificios del Archivo General de Indias, la Catedral y los Reales Alcázares, para que llegues bien al restaurante que te voy a recomendar.

El restaurante ‘La Moneda’ en el barrio del Arenal te sorprenderá con el género fresco de sus Marismas (Fotografía Espiral 21).
(Y es que Sevilla es, además, la del buen comer. Sin duda alguna). Pues bien, dejando todo este conjunto arquitectónico a tu espalda, tendrás ante ti la calle Almirantazgo. Sólo unos pasos hasta llegar al número 4 y estarás ante el restaurante ‘La Moneda’. ¡Una experiencia religiosa más de esta ciudad, créeme!
Es aquí donde saborearás las mejores ‘ortiguillas de Huelva’, que es como saborear el mar crujiente en tu boca, y la mejor ‘sopa de Galera’ (el marisco de los ‘pobres’, atravesado de comer pero perfecto para hacer sopa), plato estrella de la casa, aunque sea típico de la zona de Cádiz.
Pero no sólo. La Moneda es uno de los reyes de la cocina en Sevilla, con un sinfín de platos de ‘cuchareo’ (como dicen los sevillanos), y muy buena relación calidad-precio. No es de extrañar que siempre esté lleno, pero te queda la barra si no hay mesa, donde además se puede ‘tapear’. Imprescindible acabar con un postre de ‘tocino de cielo’… Rozarás la ‘gloria’.

El buen comer es otro de los atractivos de Sevilla, como el tradicional ‘tocino de cielo’ (Fotografía de la autora del reportaje para Espiral 21).
Y para las tapas, mi sitio indiscutible de Sevilla es ‘la Bodega de la Alfalfa’, con una carta tan interminable como atractiva y unos camareros tan simpáticos, que siempre te dejan ‘bien servío‘. No hay que perderse sus croquetas de carabineros, sus tortillitas de camarones, su ‘tostaíta’ de boquerón con salmorejo, ni sus albóndigas de choco, claro.
¡Pero es que son tantas! Irás más de un día, seguro. Curiosamente, también en el número 4 pero de la calle ‘Alfalfa’, no lejos de la popular Plaza de ‘El Salvador’ (ambientazo para unas ‘cañas’ por la noche).
A estas alturas del reportaje ya te habrás dado cuenta de algo que confirmarás por tus propios medios, y desde tu primer día en Sevilla… Es una ciudad en la que reina la alegría de vivir y cualquier sentimiento es tan bienvenido como celebrado. Y a su vera, ‘el Duende’. Siempre.
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Y como ya sabes, al final de cada artículo iremos enlazando cada una de las 12 ciudades que Nadia te presentará a lo largo de la serie de 12 reportajes:
0. Presentación (visita Escápate conmigo, 12 destinos, 12 experiencias).
1. Spoleto (visita Spoleto, Joya oculta del medievo italiano).
2. Rotterdam (visita Rotterdam, de ajetreado puerto a ciudad ‘trendy’).
3. Tesalónica (visita Tesalónica, donde Aristóteles aún susurra.)
4. Estambul (visita Estambul, cambia de continente sin salir de la ciudad).
5. Kyoto (visita Kyoto, donde hallar el Cielo en la Tierra).
6. Nueva York-Brooklyn (visita Brooklyn, el tesoro escondido de Nueva York).
7. Río de Janeiro (visita Río de Janeiro lienzo de mil colores).
8. Marsella (visita Marsella, que el mar te guarde…).
9. Lisboa (visita Lisboa, adonde el Cristo mira).
10. Sevilla (visita Sevilla ‘para herir’, decía Lorca. Para sentir, siempre.).
11. Tel Aviv (visita Tel Aviv, la gran Manzana del Mediterráneo).
12. Dubrovnik (visita Dubrovnik, de torre a torre y tiro porque me toca).
Asómate a la mirada escondida en cada uno de sus relatos, recuerda que esta serie la publicaremos regularmente gracias al patrocinio de Telefónica Movistar Cloud.
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