Precio de la luz sube en Canarias por la renuncia política al uso del gas
Las empresas triplican su factura por el consumo de 700.000 toneladas al año de gasoil en las centrales Juan Grande y Granadilla, que disparan los costes de producción de electricidad
Precio de la luz sube en Canarias por el rechazo político, durante la última década, a la introducción de gas natural en las centrales de ciclo combinado de las dos grandes plantas de Juan Grande y Granadilla, según fuentes del sector energético consultadas por este periódico.
La mayor parte de las empresas de las Islas (turísticas, agroindustriales y supermercados) ha triplicado su factura desde que estallaron las tensiones en Europa del Este, mucho antes del asedio a Ucrania.
En el caso de Canarias, donde las centrales de Endesa solo queman derivados fósiles del petróleo, el elevado consumo de gasoil (uno de los combustible con mayor encarecimiento), supera las 700.000 toneladas al año, lo que explica, en gran medida, el coste final del recibo.
A finales de los años ochenta, el Estado español invirtió unos 200 millones de euros en la construcción de sendas centrales de ciclo combinado en Gran Canaria y Tenerife.
Las dos plantas se diseñaron para el uso alternativo de gasoil y gas natural. La implantación del gas quedó fuera del sistema por la oposición de partidos políticos como Nueva Canarias y algunas sensibilidades del PSOE y PP. Solo Coalición Canaria, durante los mandatos de Adán Martín, Paulino Rivero y José Carlos Mauricio, amarró el compromiso de Enagás para impulsar dos regasificadoras para las Islas. Ambos proyectos están todavía congelados.
La invasión rusa en Ucrania ha disparado la cotización internacional del gas, una circunstancia que “llama a equívocos si analizamos la situación de Canarias“, explican las mismas fuentes. “España solo tiene una dependencia del 8% del gas ruso, frente a Alemania que llega al 55%. Nuestros mercados gaseros son Argelia o el Golfo de Guinea, por lo tanto, no seríamos tan vulnerables“.
Las seis plantas regasificadoras de la Península van camino de convertirse en centros redistribuidores para países vecinos como Francia o Italia. “Canarias pudo formar parte de ese mapa, dando serenidad al sistema y anticipando el negocio futuro del hidrógeno, por ejemplo, o el suministro pleno al transporte marítimo, que va camino del prescindir del fuel-oil“.
Este miércoles, 9 de marzo de 2022, la Comisión Europea abrió la puerta a introducir topes en el precio de la electricidad, dejando fuera el gas del mercado eléctrico y que se pagara “a través de un mecanismo de precio que reconoce el coste real” o “introduciendo un tope a las ofertas que se pueden presentar al mercado mayorista“, según el Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera.
“Mientras Canarias solo queme derivados fósiles, será imposible aprovechar las bonificaciones energéticas del sistema extrapeninsular. Va a seguir encareciéndose“, reseñan las fuentes energéticas.
En un artículo publicado el 6 de marzo de 2022 en Canarias7 por el consejero delegado de HiperDino, Javier Puga, se detallaba que el precio máximo alcanzado 1 de marzo, ascendió a 315 euros el megavatio hora (MWh), mientras que el mínimo fue de 220 euros MWh. “Esto hizo que el precio de la luz en el primer día de marzo fuera casi 60 euros más elevado que la media de febrero y cerca de 30 euros superior a diciembre de 2021, el mes más caro de la historia con una media de 239,22 euros MWh”, admitía el ejecutivo de la primera empresa de alimentación de Canarias, con un consumo anual de 142 gigavatios.
Los expertos creen que al renuncia al gas natural “fue un error de bulto que pagamos ahora, donde la fractura geopolítica amenaza una crisis de mucho calado. Por incumplir, incumplimos hasta el mandato del Parlamento con el Plan Energético de Canarias“.
La producción de electricidad en Canarias se nutre de gasoil (700.000 toneladas al año), fuel-oil (988.000 toneladas) y diesel (21.000 toneladas).
El almacenamiento de combustible está fijado en 2,2 millones de metros cúbicos que se reparten unas 10 empresas, lideradas por Disa.
El volumen de reservas de gasolina, gasoil o fuel-oil, prueba la resistencia de Canarias para abastecer el mercado doméstico, empresarial y el transporte aéreo y marítimo. “Pero no hay más alternativa, salvo las energías limpias que ocupan una cuota muy baja y que tampoco logran entrar en un sistema que está saturado. Los detractores políticos del gas dirían que el tiempo les dio la razón, porque el precio del gas está elevado en 2022, pero verlo así, es un engañabobos. El fuel-oil es mucho más caro y eso explica la elevación de los precios en las Islas a pesar de ser un territorio con incentivos“.