Pompidou, 40 aniversario del ‘high-tech’ en París
Espiral21 visita el icono de la cultura contemporánea en el centro de la capital gala. El museo, que reabrió en abril tras 11 de huelga, permanece expectante al duelo Macron-Le Pen
Espiral21 en París
Pompidou de París. Icono de las vanguardias de la cultura contemporánea europea. Escultura arquitectónica en el bullicioso barrio del ‘Marais’ (de la orilla derecha), es el otro museo imprescindible de cualquier visita a la ‘ciudad de la Luz’.
Reabrió el primer viernes de abril tras 11 días cerrado, es decir, el ‘Viernes de Dolor’. Justo para el fuerte paréntesis vacacional de la Semana Santa.
El motivo era una huelga por el descontento de casi 300 trabajadores (de un total de 1.000), por el cambio de estatuto laboral previsto por el Ejecutivo francés.
La tolerancia cultural que representa el emblemático centro de arte parisino, no siempre casa bien con la tolerancia laboral. Y justo en plena celebración de su 40 aniversario, lo que supuso incluso la cancelación de un evento (una cena de gala internacional para la recaudación de fondos).
Los empleados se oponían a la consideración de funcionarios públicos, puesto que ello implicaba una rebaja salarial del 20 %, según los sindicatos Fuerza Obrera (FO) y Unión Nacional de Sindicatos Autónomos (UNSA).
Eso sí, cuando aún se desconoce con exactitud la millonaria cifra a la que ascienden las perdidas del Centro por el cierre (con una media de más 15.000 visitas diarias), ya conocemos el porqué de la afortunada reapertura y, sobre todo, de la respuesta satisfactoria de los sindicatos…
Los trabajadores podrán acogerse al estatuto de los funcionarios sin pérdida salarial, es decir, ‘podrán nadar y guardar la ropa’. En fin…¡Vivre la France!…Y en todo caso, celebramos la ‘joie de vivre’ esa tan francesa (la alegría de vivir y ese gusto que uno halla en ello).
Pompidou estaba llamado a ser un evento, un ‘happening’ (Fotografía Facebook oficial del museo).
Porque si algo representó ese sentido optimista y esa energía que aboga por la libertad en la capital francesa, fue la construcción del ‘Pompidou’ o el ‘Beaubourg’, como se le conoció primero por su ubicación en un enorme aparcamiento.
Pensemos que sus cimientos comenzaron a levantarse sólo 3 años después de ‘Mayo del 68’. George Pompidou se convirtió en el presidente al año siguiente de que los estudiantes desmantelaran las calles…Y bajo ‘les pavés’, las playas de la rebeldía de París.
Un conservador al frente de la ciudad más emblemática de la democracia europea. Estaba claro que, más allá del orden, tenía que planificar la transformación para una sociedad parisina, que ya había iniciado el cambio.
Paredes de vidrio para que entre la luz natural. Comunicado y abierto a la ciudad, gracias a la gran plaza concebida para el recreo, el arte al aire libre o el mero ‘estar’. En relación directa con este edificio que tiene sus tripas ‘high-tech’ al descubierto.
Azul, verde y amarillo en tubos metálicos que transmiten movimiento, conexión y flexibilidad. Un exterior cargado de imaginación útil porque sirve al acondicionamiento interior (calefacción, electricidad o fontanería).
En especial, el ‘must’ corresponde a las escaleras mecánicas contenidas en los tubos acristalados para los accesos, favorito de los visitantes. Un gran edificio industrial de cinco plantas diáfanas para contener más de 120.000 obras de arte.
Pompidou, exposición (Fotografía Facebook oficial del museo).
Y cuarenta años después de inaugurarse, el Centro Pompidou sigue siendo moderno y audaz. Pura expresión de libertad. Una obra innovadora entonces y ahora, que supo captar aquella esencia juvenil de Mayo del 68.
Sus artífices: Richard Rogers y Renzo Piano, británico e italiano, respectivamente. Ganadores frente a otros 680 proyectos de medio centenar de países…Porque el concurso se abrió a arquitectos de todo el mundo.
¡Un edificio francés en manos internacionales por vez primera! Con poca experiencia en construcción, apariencia ‘hippy’ y treinta pocos, dos jóvenes extranjeros se llevaron ‘el gato al agua’. Y muchas críticas posteriores.
“Refinería de petróleo”. “Fanfarria patriotera realizada por una banda de pop”…Y hasta “una violación a París” (publicó el periódico parisino Le Monde) Más que monumento, estaba llamado a ser un evento, un ‘happening’. Y ya estaba pasando.
Precursor de la arquitectura ‘icónica’, impulsó la ciudad. Más de 100 millones de visitantes, 325 exposiciones temporales y 818 creaciones.
Toda una historia propia para un ejercicio de cultura en libertad. Pero también un decisión política osada y conveniente (dados los antecedentes sociales). Renzo Piano y Richard Rogers, ‘pavé’ en mano, diseñaron la última barricada de Mayo del 68. Y como su espíritu, no pasa de moda.