‘Pan de limón con semillas de amapola’, muy recomendable
La nueva película de Benito Zambrano destila sensibilidad, placer por la narración por todas y cada una de las protagonistas que forman la 'tribu de las mujeres'
Pan de vida y pan de llanto… Y si fueran las lágrimas que caen, mientras amasa, las que cambiasen el sabor de su pan. Y si fuese ese llanto el que derramase todo lo no vivido hasta su gusto por vivir. Sin más.
Sería pues, esa masa, la vida misma de quien prepara el pan para todos, día tras día. Así sería para quien lo amasa y así sería para quien lo come, compartiendo toda esa vida por vivir.
‘Pan de limón con semillas de amapola’, la última película de Benito Zambrano, está llena de “alma, corazón y vida”, como diría el bolero. Destila esa sensibilidad del placer de la narración por todas y cada una de las mujeres que protagonizan esta cinta.
Toda una tribu femenina que son ejemplo de fortaleza y compromiso, pero sobre todo, de esperanza. Zambrano consigue una confrontación coral de personajes femeninos, que acaban todas a una.
Protagonistas antagónicas que hallan el equilibrio gracias a la puesta en común de sus propias vidas. Hermana con hermana, madre con hija, y nietas todas de alguien que, para bien o para mal, marcó sus vidas hasta llegar a una receta común.
Una receta que no es otra que la de la verdad como camino para hallar la felicidad, sin secretos ni mentiras en las relaciones. Un pan de limón que, aunque lleve ralladura de la cáscara que sí vemos, contiene, más allá de cualquier ingrediente…
Todos los anhelos, abiertos de par en par, de aquella muchacha que se salía del sendero para recoger todas las semillas de amapola de sus mucho sueños de vida.
Tantos, que rebosaban el cesto. Tantos, que colmaban la masa. Y tantos, que lo regalaba como pan se vida a quien se detenía a mirarla al fondo de sus ojos.
Y entretanto, toda una serie de desencuentros de los personajes más cercanos, pero que se sienten lejanos, y de idas y venidas de los lazos de sangre entre quienes partieron y las que ahora regresan.
Todo un mundo en la pequeña trastienda de una panadería, donde se amasan los rencores y se cuecen los nuevos afectos. Una joya cinematográfica, la última entrega de Benito Zambrano, que nadie debería perderse en la gran pantalla… Ante la cual, el cine como la vida, aún se comparte.