Nadia Jiménez: “Saborear la vida es un acto de valentía”
La autora de 'Dátiles por la vereda' (Editorial Mercurio) presenta su primer libro en la Feria del Libro. "es el reflejo de ese otro sendero que discurre paralelo a la vida y que tomamos quienes creemos que el mar va de largo. Y que es la propia vida la que te deja ver las cosas de cerca, la que constata que el tiempo cura el alma… Y deja espacio al cielo"
Dátiles por la vereda, primer libro de la escritora Nadia Jiménez, “es el reflejo de ese otro sendero que discurre paralelo a la vida y que tomamos quienes creemos que el mar va de largo. Y que es la propia vida la que te deja ver las cosas de cerca, la que constata que el tiempo cura el alma… Y deja espacio al cielo”.
“A veces, esa vereda está ahí esperando tus pisadas, y otras, la dibujamos nosotros mismos en ruta; aunque sólo nos demos cuenta del itinerario recorrido cuando afrontamos ya la vuelta. Somos memoria de lo vivido“, explica la autora en la presentación organizada por la Feria del Libro de Las Palmas, que contó con la participación del periodista Bernardo Sagastume.
“Platónica como definitivamente soy, estoy convencida de que conocer es recordar, así que inicié una serie de relatos sobre la memoria de nuestros viajes. De historias con huella, 50 relatos para ser exactos, desde que nos mandaron #QuedarseEnCasa, en espera de la #NuevaNormalidad “, señala Nadia Jiménez, responsable de Arte y Cultura en Espiral21.
“Por las veredas que se adivinan y por las que no… Porque en esta invitación que es la vida, como única certeza que pasa corriendo, nada empieza ni acaba en la misma vereda.
“Sólo hay que dejar que la vida te sorprenda de nuevo, a cada paso o a la vuelta de la esquina. Un solo soplo de viento puede llevarte adonde quieras, basta regalarle libertad a la mirada. Estoy convencida de que saborear la vida es un acto de valentía y una apuesta a ciegas por la felicidad.
“Después de todo, recordar es una manera de aceptar que hojear un libro, una página tras otra, es regalarle libertad al espíritu. Pero sobre todo, al pasar por un período de tiempo en el que la movilidad estuvo restringida, y asomarse a ojear el mundo supuso un ejercicio de imaginación.
“Pero si la repasamos bien, descubrimos que la vida está llena de anécdotas compartidas. Y en esta espiral de recuerdos con destino propio, llegó el momento de disfrutar de la certeza de que allá donde sea, te hallas donde te pertenece. ‘Quien conserva la facultad de ver la belleza no envejece’, decía Franz Kafka.
Y en ese itinerario del mundo, en estas memorias de nuestros viajes, recordé cosas que creía olvidadas y redescubrí tantas otras, como que “Venecia enamora más si la Luna es de pomelo”…
“Pero estaban ahí, igual que aquella luna y aquella orilla, donde me mojé los pies sólo porque el mar se paró en ella. Me bebí de nuevo aquellos besos con sabor a sal en todos los mismos lugares que habían quedado salpicados de más… Un viaje es siempre una promesa de más, y un libro, también… Pero sobre todo, que la vida es la única certeza.
“(Y si no, como afirma Nexus en ‘Blade runner’, “Yo he visto cosas que no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia”).
“Son historias contadas una mañana cualquiera, aquí o allá. Tan lejos, tan cerca. A veces, basta que tus pies toquen la orilla del mar o la luna brille más de lo normal.
“Lo importante es no dejar que la vida te desborde. Pero si ello sucede, hay que salirse del borde, siempre.
“Así que, en este caso, lo mejor era ‘hojear el mundo’ en cada página y ‘datileer’ relatos de otros viajes (atreviéndome yo a inventar con ello un verbo que resume bien la esencia de este libro).
“Bastaba abrir los ojos y pasar una de tantas páginas…#Hojear el mundo. Mientras dure el recuerdo. Porque, al final de la tierra, sembraremos el futuro de más palabras.
“Tal y como dice un proverbio árabe… ‘Las cosas no valen por el tiempo que duran, sino por las huellas que dejan’. Y estos primeros 50 viajes han dejado huella en mí. Espero ahora que también la dejen en los lectores… Y en todos ustedes…“