Melchior se queda por ahora en el Puerto de Tenerife
Cardona deberá pactar toda su gestión con los consejeros de CC ahora que llega como un tren de alta velocidad Bravo
Melchior se queda por ahora al frente de la Autoridad Portuaria de Santa Tenerife en plena oleada de cambios en Gran Canaria.
Lo anunció el vicepresidente del Gobierno, Pablo Rodríguez, en un despacho girado por Europa Press.
Si se confirma, la continuidad de Melchior expone a la Autoridad Portuaria de Las Palmas a un riesgo de sesgo insularista ahora que acaba de estrenarse Juan José Cardona.
El acuerdo entre CC y PP implicaba el relevo de los 2 presidentes (Ibarra y Melchior), de manera que Asier Antona podría retratarse con su parroquia a cambio de respaldar a Clavijo en el Parlamento hasta final de legislatura.
Si Melchior sigue, el presidente del PP tendrá que volver a explicar por qué CC incumple lo pactado.
Si Melchior sigue, Cardona se queda a merced de CC para viabilizar su gestión y en CC los cambios van a velocidad de vértigo.
El PP carece de mayoría en el consejo de administración y se verá obligado a pactar con CC todo: el plan de empresas, las inversiones privadas, las concesiones a operadores, los pliegos en Fuerteventura y Lanzarote…
En CC, además, irrumpe con fuerza José Miguel Bravo, quien pide paso hasta el punto de que Pablo Rodríguez está despechado porque, posiblemente, no elaborará ni por asomo la lista electoral al Ayuntamiento de LPGC en 2019.
En Telde (pueblo natal de Pablo R donde CC gobierna con NC) existe, además, un puerto de titularidad estatal, Salinetas, sobre el que se asienta nada más y nada menos que Disa, la compañía de Demetrio Carceller que tumbó el concurso del gas de Redexis, de quien por cierto convendría explicar si su presidente, Fernando Bergasa (canario para más señas) no tenía amañada una agenda oculta que convendría airear más pronto que tarde.
La permanencia de Melchior provocará una catarsis que poco o nada bueno augura en la transición tranquila sobre la Autoridad Portuaria de Las Palmas.
Y no digamos nada de los portuarios, sumisos hasta el amanecer con el poder de Antolín Goya, el boss de Tenerife.
Quizás, Pablo Rodríguez esté equivocado, pero Pablo R está amulado desde que Carlos Alonso pasó por el despacho de Antonio Morales a chismear sobre el tren y no lo llamó. Sniff…