Marruecos y Reino Unido localizan gas marino al norte de Canarias
Rabat pasa a ser un actor estratégico del Gobierno de Londres. El hallazgo, impulsado por la compañía Chariot reportaría al país magrebí 28.300 millones de metros cúbicos de gas
Marruecos y Reino Unido localizan una bolsa de gas marino al norte de Canarias. La explotación se llevaría a cabo en Larache, por encima de Agadir, a cargo de la plataforma Stena, un cliente habitual del Puerto de Las Palmas.
Petrolera británca Chariot Oil & Gas perfora en Marruecos los pozos en mar abierto denominados ‘Anchois’, situado frente a las costas de la ciudad de Larache, al norte de Marruecos.
Los trabajos se enmarcan en el desarrollo de la licencia Lixus Offshore, propiedad en un 75% de la citada sociedad del Reino Unido y en un 25% por la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas de Marruecos (Onhym). Según un comunicado de la sociedad matriz Chariot Limited, las perforaciones, que serán llevadas a cabo por la plataforma Stena Don durarán mes y medio.
El proceso contempla la exploración del pozo ‘Achois-2’ con el objetivo de confirmar sus recursos gasísticos, la calidad de la bolsa y su productividad y la reintroducción de la perforadora en el ‘Anchois-1’, según informaba el digital marroquí Le360.
La licencia Lixus Offshore abarca a una superficie de 2.390 kilómetros cuadrados, y según los cálculos de la sociedad británica, el yacimiento situado frente a Larache contiene en torno a 28.300 millones de metros cúbicos de gas.
A comienzos de marzo trascendía que Chariot Oil & Gas, el Ministerio de Industria marroquí y la citada Onhym firmaron un memorándum de entendimiento para acelerar la explotación del yacimiento ‘Anchois’. En septiembre de 2021, Chariot Limited hizo pública la firma de un contrato con Stena Drilling, uno de los principales contratistas de perforaciones del mundo, para perforar los citados depósitos situados en la costa atlántica de Marruecos.
La actividad de la sociedad británica en aguas marroquíes confirma la afinidad de los gobiernos de Marruecos y el Reino Unido tras el Brexit, que se ha amplificado desde el 1 de enero de 2022, con la entrada en vigor el Acuerdo de asociación bilateral. El 8 de diciembre el ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, se entrevistó en Londres su homóloga británica, Liz Truss.
La cooperación empresarial es prioritaria para ambos países. No en vano, recientemente se conocían las intenciones de Rabat de recuperar el tramo del gasoducto Magreb y Europa, cerrado el 31 de octubre por Argel, en su territorio. El proyecto contempla la construcción de una planta de gas natural licuado en el yacimiento de Tendrara, en la región del Oriental marroquí, y transportarlo hasta el Magreb Europa.
Marruecos pretende que en una primera etapa el gas sirva para satisfacer las necesidades domésticas, pero quiere que, más adelante, el hidrocarburo viaje a Europa con la compañía británica Sound Energy.
El pasado 30 de noviembre, la sociedad cotizada en la Bolsa de Londres firmó un acuerdo con la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable (Onee) de Marruecos. Sound Energy deberá producir, procesar y entregar hasta 350 millones de metros cúbicos de gas natural al año. La firma británica es concesionaria junto al Estado marroquí de la explotación Tendrara JV, situada cerca de la frontera con Argelia.
El citado acuerdo suscrito a finales de 2021 se añade al de compraventa de gas natural licuado que en julio la propia Sound Energy firmó con la marroquí Afriquia Gaz, sociedad perteneciente al Grupo Awka, cuyo principal accionista es el primer ministro Aziz Akhannouch.
Marruecos y el Reino Unido trabajan también en la instalación de un cable eléctrico submarino de 3.800 kilómetros –el mayor del mundo- que conectaría el desierto saharaui con las islas británicas para transportar energía verde. El monumental proyecto, que contempla la construcción de una central eléctrica, solar y eólica en la región marroquí de Gulemin-Oued Noun está siendo desarrollado por la sociedad británica Xlinks.
Por otra parte, en enero de este año transcendía que Londres, Rabat y Gibraltar analizaban la viabilidad del proyecto de construcción de un túnel o puente marítimo para conectar la colonia británica con tierras del norte de África.