Madrid oráculo de la política canaria
Madrid, a través de las sedes centrales del PP y del PSOE, será el nuevo oráculo de la política canaria. Será el que evite o autorice que se rompa el Gobierno canario.
Mientras, en el Parlamento regional hubo otra trifulca que obligó al abandono de PP, PSOE y NC de la sala de sesiones.
El Consejo de Gobierno sí se celebró este lunes con la asistencia de los 4 consejeros del PSOE, incluida la vicepresidenta, Patricia Hernández, ausente hace una semana.
Para garantizar la convocatoria, el Consejo se desarrolló en Tenerife y no en LPGC como corresponde por capitalidad gubernativa.
El presidente, Fernando Clavijo, se reunió previamente con el líder del PP en Canarias, Asier Antona, para aletargar el riesgo de ruptura, salvo que el miércoles de la próxima semana (día 21), el PSOE vote contra los presupuestos de 2017.
Pero en este mandato, el guión de la política isleña se escribe con más ahínco en Génova y en Ferraz.
En el PP de Mariano Rajoy priman los acuerdos de Estado con el PSOE. Y en la gestora del PSOE la prioridad es mantener todas las estructuras de poder.
Los dos partidos dieron instrucciones a las regionales canarias para que hagan un esfuerzo de “disciplina” y “recuperen la confianza y la estabilidad”.
Por ahora, el PP se mantendrá en la oposición con una actitud “crítica pero responsable”, aunque ya prosperó el acuerdo para distribuir el Fdcan entre CC y PP.
CC, por su parte, también se verá obligada a ejercer la autocrítica en beneficio de “mejorar las relaciones personales y llamar a capítulo en el tono y las formas al presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso“, según fuentes socialistas consultadas por Meridian.
La trifulca del Parlamento regional fue también sonada, dando así más inestabilidad al Gobierno de Clavijo.
Sin que constara en el orden del día, a Carolina Darias, presidenta, se le fue de las manos la sesión al permitir que El Hierro (Belén Allende), Lanzarote (Pedro San Ginés) y La Gomera (Casimiro Curbelo) arremetieran contra el PSOE y NC.
Iñaki Lavandera, Román Rodríguez e Iñaki Lavandera abandonaron el salón de reuniones. Sólo Agueda Montelongo, del PP, se mantuvo para sacar los colores a los dirigentes insulares a cuenta del reparto del Impuesto sobre Tráfico de Empresas transferido por el Estado.