LPGC sube 2.000 camas en plena caída turística
La capital eleva su planta alojativa hasta las 9.000 unidades. El grueso se concentra en la playa de Las Canteras. El precio medio desciendo a 50 euros por noche
LPGC sube 2.000 camas en plena caída turística.
La capital grancanaria eleva su planta alojativa hasta las 9.000 unidades. El grueso se concentra en la playa de Las Canteras. Eso sí, el precio medio desciendo a 50 euros por noche frente a los 70 euros de 2018.
Las 9.000 camas suponen un récord en la explotación de unidades alojativas, según fuentes del sector servicios, que han visto cómo se ha diversificado la oferta entre operadores procedentes de actividades como las infraestructuras, la alimentación o la industria.
La fisonomía hotelera de Las Palmas de GC ha cambiado en menos de 5 años. El negocio turístico espera con inusitada expectación la reapertura del Santa Catalina, a cargo de Barceló, pero mientras el gigante mallorquín cumple con la reforma, pequeñas instalaciones inferiores a 20 habitaciones se han incorporado al negocio turístico.
LPGC fue, en los años 60 del pasado siglo, la puerta de entrada del turismo en Gran Canaria. La explosión se trasladó al Sur de Gran Canaria de la mano de inversores alemanes, escandinavos e ingleses que no dudaron en aliarse con empresarios locales como la familia Del Castillo.
Durante casi 4 décadas, LPGC perdió todo su brillo y el turismo se convirtió en residuo del overbooking del Sur, pero ahora, con el cierre de mercados alternativos en el Norte de África por miedo al terrorismo yihadista, a las empresas le es rentable reinvertir en la ciudad, que cuenta con una de las mejores playas urbanas del mundo, Las Canteras.
El grupo Meeting Point, de Labranda Hotels y del turoperador FTI, por ejemplo, se hizo con la gestión del hotel de 3 estrellas Atlanta, en pleno corazón de Las Canteras, acometiendo una reforma de pies a cabeza.
El grupo Bull, dueño del Reina Isabel y Astoria, cubre el 80% de sus plazas con los contratos de gran turoperación. En 2019 llevó a cabo una reajuste de sus mercantiles que el mercado interpretó como movimiento corporativo.
El único 5 estrellas operativo en LPGC, el Cristina, está integrado en Sercotel, mientras que NH Imperial Playa se mantiene como una de las apuestas urbanas más conocidas gracias a la compactación de uno de los mejores directores que ha conocido la ciudad, Ibrahim García, jubilado en 2019.
Otros hoteles con una clientela fiel corresponde ,al grupo AC, que posee 2, uno en la Avenida Marítima y otro junto al parque Santa Catalina. Hotel Parque, que compite desde la otra ala de la ciudad, también se encuentra entre los mejores puntuados, al igual que el Exe Canteras, que da directamente a la playa.
Labranda abrió otro en el BEX (ex Guaguas Municipales) mientras que en los últimos años, decenas de pequeños establecimientos se han constituido en empresas alojativas hasta sumar 2.000 camas frente a los hoteles urbanos más tradicionales como el Cantur o el Aloe.
Se trata, en algunos casos, de inmuebles reformados en lugares de interés (Guiniguada, Vegueta, Triana, Las Canteras o Santa Catalina) que tratan de hacerse con un trozo de cuota aunque sea en horas bajas.
El negocio se está precipitando a un ritmo del 30% y algunos de los operadores pequeños han bajado la noche a 50 euros cuando en 2018 cobraban 70 euros.
La previsible quiebra de Thomas Cook acelerará, según fuentes empresariales, el nivel de competencia entre los hoteleros, ya agudizado por la irrupción de los alquileres vacacionales (AV).
Empresas especializadas de AV situadas en el entorno de parque Santa Catalina gestionan entre 50 y 80 inmuebles a la vez y eso sin contar los arrendamientos de casas que no se dan de alta. “Es mucha competencia y no hay turistas para tanto. Algunos seguirán y otros se quedarán en el camino, como toda condición de mercado“.