Los países bálticos combaten el espionaje ruso
Letonia y Estonia retiran sus embajadores de Moscú y expulsan a decenas de espías infilitrados. El resto de la UE, en cambio, se mantiene impasible con el Kremlin
Estonia está denunciando operaciones de inteligencia hostiles y campañas de influencia de los agentes rusos, que se han estado gestando a raíz de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, informa el prestigioso diario Politico.eu.
El mes pasado de febrero, Estonia expulsó a 21 empleados de la embajada rusa, alegando que solo recibiría a ocho funcionarios diplomáticos en su territorio, lo que equivale al tamaño del equipo de Tallin (la capital) en Moscú.
El Kremlin respondió expulsando de Rusia a la embajadora estonia Margus Laidre, la primera salida de embajadores del país en el año desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania. Tallin después puso fin al mandato del embajador ruso Vladimir Lipayev.
El 24 de marzo, Estonia siguió sacando a diplomáticos rusos, como el consejero Alexander Savinov, a quien acusó de difundir propaganda que justifica la acción militar de Rusia y “causar divisiones en la sociedad estonia”.
Los vecinos bálticos de Estonia también están siguiendo la línea de Tallin: Letonia sacó a su embajador de Moscú en solidaridad con Estonia, mientras que Lituania retiró voluntariamente a su principal diplomático con base en Moscú el año pasado en medio de evidencia de atrocidades rusas en la ciudad ucraniana de Bucha.
Pero otros gobiernos europeos siguen siendo más cautelosos, y sus embajadores continúan enviando información desde Moscú a casa, mientras los emisarios de Rusia en su propio suelo hacen lo mismo con el Kremlin.