León Ferrari, la libertad y el arte van de la mano
"¡Pero cómo se puede considerar que el director del museo incurre en delitos contra los sentimientos religiosos y de incitación al odio…! (...) Ferrari jamás criticó las creencias, sino la manipulación de los símbolos a manos de las instituciones de poder"
León Ferrari… ¿De verdad, hay quien aún lleva al Arte ante los tribunales? Parece que en España, sí, por más vergonzoso que nos parezca. Si pensabas que lo habías visto todo de este siniestro 2020, te equivocabas. La asociación española de abogados cristianos (y no pienso poner ni una sola de estas palabras en mayúsculas), vuelve a superarse a sí misma…
Han denunciado al director del Centro de Arte Reina Sofía a causa de la exposición retrospectiva sobre el artista argentino León Ferrari (Buenos Aires, 1920-2013).
La querella presentada contra Manuel Borja-Villel, como responsable máximo del Museo Nacional, en los juzgados de Madrid, al considerar la exposición “La bondadosa crueldad. León Ferrari. 100 años”, como vejatoria para los cristianos… Retrata a España pésimamente, de nuevo.
En plena celebración de los 100 años del nacimiento del artista conceptual argentino, obras como ‘La civilización occidental y cristiana‘ (1965), que muestra una imagen de Cristo crucificado en un avión de combate F-105 de Estados Unidos (creada en respuesta a la guerra de Vietnam), sigue escociendo.
(A mí me escuece que murieran más de un millón y medio de personas en esos bombardeos. Cuestión de prioridades).
Sabemos que era (y aún es), un creador que sigue (y seguirá), desatando polémicas ante los sectores más conservadores y rancios de la sociedad española. Pero ésa debiera ser siempre una cualidad inherente al arte, la de perturbar, inquietar, removerte ‘los adentros’ y, por qué no, invitar a la discusión.
Pero de ahí a admitir a trámite una querella semejante… Y es que según consta en dicha querella: “la muestra incluye entre sus obras un Cristo en una parrilla, otro crucificado en un avión de guerra americano y varios collages que mezclan imágenes religiosas con otras de contenido sexual explícito”. Alegan que se trata de “un comportamiento reincidente y que va en contra del propio código deontológico de los museos”.
No sólo solicitan cerrar la exposición como medida cautelar (lleva poco más de una semana abierta), sino la destitución de Borja-Villel al frente del Reina Sofía, además de su inhabilitación para ejercer cargo público.
¡Pero cómo se puede considerar que el director del museo incurre en delitos contra los sentimientos religiosos y de incitación al odio…! Que alguien los encause por obstáculos, ralentización, pérdida de tiempo y sobrecarga del curso del Ministerio de Justicia, con argumentos en la mano, por ocupar a los juzgados en causas estériles y baldías.
Merecedor de premios como el ‘León de Oro’ 2007 de la Bienal de Arte de Venecia por su internacionalmente reconocido trabajo, expuesto en casi todos los museos más relevantes del mundo como el MOMA de Nueva York… A buen seguro que León Ferrari debe estar revolviéndose en su tumba, pero a carcajadas.
Su crítica, que fue siempre muy profunda, está dirigida hacia nuestra sociedad y sus mecanismos del poder, como no podía ser de otra manera. Siempre desde la mirada personal de Ferrari, en este caso.
Ferrari jamás criticó las creencias, sino la manipulación de los símbolos a manos de las instituciones de poder.
El título de la misma,“La bondadosa crueldad”, es un reconocimiento al libro de poemas y collages que el propio artista publicó hace 20 años, dedicado a su hijo Ariel, uno de los miles de desaparecidos durante la dictadura argentina.
La muestra permanecerá abierta en el Reina Sofía hasta abril de 2021, en principio, claro. Salvo lo que un juez decida, si es que la causa sigue adelante.
A mí, personalmente, quienes me incitan a odiar (si acaso lo lograran), son aquellos que tratan de censurar el arte. Olvidan que quienes tratan de reprimir la libertad de pensamiento y/o de expresión del artista, persiguen borrar al artista como tal.
Pues quién y por qué se cree con el derecho a decidir lo que la comunidad en su conjunto debe ver o no, conocer o ignorar; con el derecho a separar qué debe esta a la luz pública y qué ser condenado a la oscuridad.
Lo siento, pero la libertad y el arte van de la mano, pues es una historia de amor que se pierde en el tiempo. El creador forma parte del hecho artístico mismo. Acaso sean los que viven en el ostracismo los que sean incapaces de ver la Luz entre tanta tiniebla.