Kobra, graffiti hecho arte
Kobra. El mejor grafittero de Brasil y entre los 10 más punteros del mundo. Simbólico de todo un continente y emblema en el ‘Street Art‘ global.
Graffiti como modo de entender la vida y el arte. Oxígeno puro en spray y a color. Porque Kobra revitaliza las ciudades. Y a muchos, bastantes, les devuelve la esperanza y la alegría.
Les da algo que es bálsamo para sus almas y casi baile para sus zapatos. Color. Les da color a raudales para tapar los muros grises que hay en sus vidas.
Regala arte a quienes nunca pisaron un museo y quizá jamás lleguen a hacerlo. Así empezó la historia de Kobra. Eduardo Kobra nació en la periferia de São Paulo.
De pequeño iba a todas partes con su cuaderno y lápices. Y con sólo 12 años ya se había adentrado en las calles de São Paulo para estampar su firma: Kobra.
Autodidacta, en las principales ‘ruas paulistas’ y con la favela a su espalda (una de las más pobres, ‘Campo Lindo’), ya sabía de lo efímero de la vida antes de apostar por el arte urbano. De carácter también perecedero.
Kobra empezó su itinerario de artista como ‘pichação’. Un graffiti característico de zonas marginales de São Paulo y Río de Janeiro en los 80. Con una tipografía singular a base de cifras, y siempre dibujado en las partes más inaccesibles de los edificios.
Expulsado del colegio y arrestado hasta tres veces por la policía por vandalismo e ‘ilegalidad’ de su trabajo (¿en el arte?), Kobra era ya un auténtico muralista con 15 años.
El juez, impresionado por su arte, le impuso como multa pintar el muro de la comisaría de São Paulo…25 Años más tarde, y una década entera de impresionantes murales desde Los Ángeles a Dubai, Kobra es uno de los mayores exponentes de este arte en el mundo.
Y del mismo modo que surgió esta necesidad de expresarse como artista, surgió el color. Característico de toda su obra. Y aliviar así el gris de la vida para tantos en las grandes ciudades.
Primero fue Oscar Niemeyer en la Avenida Paulista (la principal calle de São Paulo). Consiguió una explosión de color en el retrato de Niemeyer, convertido en un puzzle perfecto.
Como por arte de magia, las obras más características del afamado arquitecto y las líneas de su rostro convergían en un estallido del más puro Brasil.
Luego vinieron los ‘Muros de la Memoria’ con el mismo colorido hace más de una década, proyecto en el que reproduce imágenes antiguas y de personas famosas, y que lo catapultó internacionalmente.
Atenas, Kentucky, Miami, Nueva York, Moscú, Londres (Camdem Town y Chelsea), Roma, Tokio, Boras (Suecia, retrato de Alfred Nobel), Lyon y París en Francia, Lodz (Polonia), Río de Janeiro y Saõ Paolo, claro.
La neovanguardia de este artista brasileño transforma muros de piedra y cemento en una estampida de emociones vestidas de colores. Dibujos sobre ladrillos que dialogan con los transeúntes y luchan contra la indiferencia de la gente.
Sobre todo, contra la indolencia. Murales que hablan también sobre la violencia, el desempleo, los desaparecidos, las energías, la sostenibilidad y casi todos los problemas que nos rodean globalmente.
Se trata de hacer a todos, y a todo, protagonistas del arte. En todas partes. Lograr que los residentes se sientan partícipes allá adonde vaya. “Lo que el tiempo destruye la fotografía eterniza. Quien decide pintar en las vías tiene que saber despegarse de sus obras”, afirma Kobra.
Algunas de sus obras en paredes abarcan superficies de 1.000 metros cuadrados. Otras surgen del propio pavimento como imágenes en 3D, observadas desde el ángulo correcto, gracias a la técnica ‘anamórfica’ consistente en “engañar a los ojos”.
“Rescatar las ciudades del olvido del pasado o promover el diálogo sobre cuestiones como la miseria y la educación en Brasil, siempre formaron parte de mi ideario. El arte de las calles tiene siempre un compromiso social”.
Nelson Mandela, la Madre Teresa de Calcuta, Einstein, John Lennon, el Dalai Lama. Andy Warhol, Juan Pablo II, John Lennon…
Y Malala Yousafzai (la joven afgana que se enfrentó a los talibanes por los derechos las mujeres), se suman a una larga lista. No tan larga como la de sus 223.000 seguidores en twitter.
(Imagen de portada: mural representativo de Kobra, icono de los 70 aspirantes al concurso de graffitis promovido por el Teatro Cuyás del Cabildo de Gran Canaria).