Juan Castellano, sacerdote que siempre nos encomendaba a la Virgen
Juan Castellano fue un sacerdote 24 sobre 24, entregado y dedicado siempre al tiempo de la comunidad cristiana.
Juan Castellano fue un sacerdote que nos encomendaba siempre a la Virgen María y fue en el día de la Presentación de la Virgen María en el que Juan Castellano falleció en la capital grancanaria a los 77 años de edad.
Docente en Enseñanzas Medias y párroco, Juan Castellano conmovía por su sonrisa, confianza y seguridad espiritual.
Juan Castellano congregó este martes a más de 300 personas en la misa oficiada por Hipólito Cabrera, vicario de la Diócesis de Canarias. “Fue un sacerdote que primó la Eucaristía como centro de su ministerio“.
Juan Castellano también fue recordado por Marcial Franco, laico de la iglesia de Santo Domingo, en la que Juan Castellano ejerció junto a otro carismático cura del clero canario, José Domínguez.
Marcial Franco concentró todas sus emociones en resaltar la figura de Juan Castellano como “alguien que no se cansó de amar y de dar consejos“.
Juan Castellano, aquejado de Alzheimer, mantuvo hasta el final una “excepcional” actitud por seguir “junto a nosotros“.
Juan Castellano, “un hombre de Dios“, como exclamó Hipólito Cabrera, falleció en un día señalado para la Fe: la Presentación de la Santísima Virgen.
Es la fecha en la que la Iglesia recuerda la dedicación , en el año 543, de la parroquia de Santa María La Nueva, construida cerca del templo de Jerusalén, donde católicos y ortodoxos celebran la Dedicación que María hizo de sí misma, movida desde su infancia por el Espíritu Santo.
Por esa razón, Juan Castellano recomendó siempre como penitencia orar a la Virgen para obtener la gracia de Dios.
Descanse en paz.
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