Jerusalén: quien tenga más viviendas obtiene la capitalidad
Lucha titánica en la ciudad santa por el metro cuadrado. Los cristianos sucumben ante el potencial judío y musulmán. La colecta del Viernes Santo es crucial en 2021 para el futuro de la Custodia franciscana
Jerusalén, la ciudad santa, mantiene una lucha titánica por el metro cuadrado que dura ya dos décadas entre judíos y musulmanes. En medio del conflicto por el espacio, los cristianos son minoría hasta el punto de que están condenados a la extinción.
El impacto por el coronavirus ha empeorado las perspectivas de la Cristiandad en Jerusalén, al ver cómo los peregrinos han desaparecido durante un largo año.
Jerusalén es reclamada como capital política y espiritual por el Estado de Israel y la Autoridad Palestina le sigue a la zaga. Los cristianos, en este debate, carecen de voz propia.
La clave de bóveda de la controversia se configura en torno a las residencias. La ecuación es sencilla para la comunidad internacional: quien más viviendas acredite obtiene la capital.
Los judíos, con 520.000 censados en Jerusalén, llevan una ventaja considerable respecto a los musulamanes, que aportan unos 220.000. Los cristianos (católicos, armenios y ortodoxos) apenas suman 12.000.
Los frailes franciscanos que componen la Custodia llevan 800 años en Tierra Santa. Han superado dominaciones, guerras, intifadas y mil una vicisitudes, y siempre han salido adelante. Pero, en 2021, admiten que el cariz del conflicto escapa a su control e influencia. El choque por el metro cuadrado deja ko a los cristianos.
La mayor parte de los cristianos son palestinos, pero su capacidad de resistencia está al límite para pagar una casa. Un alquiler de 50 metros cuesta 900 euros mensuales frente a un sueldo base de 370 euros.
Una vivienda para un cristiano palestino en Jerusalén es inaccesible. El precio medio para 80 metros alcanza el medio millón de euros.
La mayor parte de las compras de los últimos corresponde a musulmanes que obtienen créditos de saldo de Arabia Saudí. El primer productor de petróleo del mundo está obsesionado en que Jerusalén sea la capital palestina y no van a cesar en el empeño inmobiliario.
Pero Israel les adelanta por la izquierda y la derecha. Detentan el poder y no ha parado de crecer y de crear nuevos barrios.
La Jerusalén Oeste es un área de desarrollo económico y social que ya quisiera para sí cualquier ciudad europea. Y en el resto de la capital, los asentamientos de judíos ortodoxos son cada vez más intensos.

Frontis del Edículo que custodia el lugar de la Resurrección de Jesús, en el centro del Santo Sepulcro. (Foto Espiral21).
En ese contexto, los cristianos se quedan sin voz, sin interlocución, sin pegada política. Habría que remontarse a las débiles relaciones diplomáticas después de la Segunda Guerra Mundial entre la Santa Sede y la nueva Tel Aviv, para comprender la falta de aplomo. El Vaticano se opuso a la creación del Estado de Israel, primero, y también se mostró disconforme con la partición de Jerusalén, después.
Los esfuerzos de papas como Pablo VI o Juan Pablo II dieron oxígeno a la confianza mutua de los 2 Estados, pero las distancias entre católicos, ortodoxos y, en menor medida, armenios, limitan aún más el margen de maniobra.
Lo demuestra que la construcción de 20 casas en Betania (el poblado del resucitado Lázaro), a cargo de los Franciscanos, tardó años y cuando ya era habitable, llegó el muro, que separó a unos de otros y aquellos que cayeron en el área palestina, carecían de todas las coberturas sociales y sanitarias. Su única salida fue emigrar a otro país en busca de oportunidades.
En medio de tanto lío, la colecta de las iglesias durante el Viernes Santo va dedicada de forma íntegra a los santos lugares y al sostén de la Custodia.
La Custodia es más que Jerusalén. Gestiona 49 lugares: 19 en Galilea, 27 en Judea, 2 en Damasco y 1 en Jordania. Cuentan con 29 parroquias y 79 iglesias y capillas; 16 escuelas con unos 10 000 alumnos —entre cristianos (60 %) y no cristianos—, y dan empleo a 400 profesores, además de 4 casas de hospedaje para peregrinos, 3 residencias de tercera edad y 2 orfanatos y varios dispensarios clínicos y médicos.
Toda la infraestructura se alimenta de la peregrinaciones. Israel está recuperando poco a poco las visitas gracias a los resultados óptimos de las vacunas contra el Covid. De hecho, la Iglesia del Santo Sepulcro celebró los oficios el Jueves Santo de 2021 tras el cierre en el año precedente.
En el Santo Sepulcro, en Getsemaní, en Belén, en Nazaret y en el resto de santuarios se han intensificado las oraciones por la vuelta a la normalidad. y permitir así que la historia de Occidente siga unida a Jerusalén.
3 preguntas a Fray Antonio Fernández
Fray Antonio Fernández Sánchez es el coordinador de las peregrinaciones a Tierra Santa desde hace más de 40 años.
Natural de Sevilla, reside en Las Palmas de Gran Canaria, desde donde ha impulsado una buena parte de los viajes a los Santos Lugares.
1.¿Por qué es importante la colecta del Viernes Santo?
Porque ayudamos a sostener la Custodia después de un año muy duro. El general de los Franciscanos de Roma nos ha pedido una colaboración especial para Tierra Santa, y necesitamos ser generosos para sostener a los 3.500 cristianos que dependen de nosotros, a los 12.000 alumnos y a los 520 profesores que no han cobrado en todo este tiempo. La mayor parte de las cooperativas que viven del turismo religioso han tenido que cerrar.
2.¿Qué pasaría si desaparece la presencia cristiana en los Santos Lugares?
Si se nos ocurre dejar uno solo de los lugares, si los dejamos vacíos, perdemos automáticamente todos los derechos, que pasarían a manos del Estado de Israel. Aunque sea un solo fraile, necesitamos seguir con la presencia bíblica en Tierra Santa.
3. Ustedes llevan 8 siglos en Tierra Santa, ¿qué hace diferente la crisis de 2020 y 2021?
Esta crisis cuenta con 2 niveles. El primero, de oración y rezo para superarla; y uno segundo de ayuda económica. Es una situación muy seria que nos pone en riesgo por las controversias políticas en la que somos minoría. Canarias en su conjunto es muy generosa y necesitamos seguir así. El consejero del Cabildo de Gran Canaria, Carmelo Ramírez, ha sido muy sensible con nuestra causa y nos ha brindado una subvención para sufragar 2 pequeñas iglesias en Belén y en Jerusalén.