Jean-Luc Godard, el padre de ‘La Nouvelle vague’
Fallece a los 91 años de edad, por muerte asistida, uno de los grandes del cine europeo, creador de la obra maestra 'Al final de la escapada'
Godard, de nombre Jean-Luc y cine. Sobrenombre ‘Séptimo Arte’. Jean-Luc Godard falleció este martes, dejando huérfano al cine francés verdadero, el cine francés heredero de ‘la Nouvelle vague’.
Era como descubrir el milagro de lo cotidiano. Es un cine que plantea preguntas en vez de mostrar certezas. No cuenta una historia, la muestra…
Porque contar la historia de forma indirecta, a través de lo que dice un personaje, es más interesante. Sin duda, más atractivo y cautivador… Y siempre sin perder ese halo de misterio, casi secretismo si se quiere.
Hasta el punto de llegar casi a la condición de ermitaño o arisco, como era el verdadero padre de toda esta maravillosa corriente que convirtió al Cine en Arte… Jean-Luc Godard.
Su primer título y el más célebre, ‘Al final de la escapada‘, fue fruto “de la total ignorancia sobre cine”, según contaba él mismo. Truffaut había escrito el argumento y puesto el dinero conseguido gracias a la cinta ‘Los 400 golpes’.
Pero es Godard quien introduce la magia… La historia será la mera narración de las vivencias de un ladrón de coches enamorado de una chica que vende el ‘New York Herald Tribune’ en mitad de ‘Los Campos Elíseos’, en el corazón de la urbe parisina.
El resultado: brillante. ‘Au bout de souffle’ es una de esas películas clave del cine moderno, que supo conectar con la corriente de la juventud europea del momento.
Su estética y su lenguaje cinematográfico propio que creó escuela tras de sí hasta hoy, hicieron de ella un auténtico fetiche del celuloide. La estampa de Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg, con su pelo a ‘lo garçon’, adoptado luego hasta por el cine de Polanski. El gesto del pulgar en el labio de Belmondo que, todavía hoy, es imitado por los anuncios de Martini, y primero lo fue por Bogart.
Los actores mirando a cámara divagando, el director de fotografía (Raoul Coutard, que había sido reportero de guerra), camuflándose en las calles de París con su pequeña cámara para seguir a los actores… Con la Nouvelle Vague desaparecen los platós y los focos.
Godard rompe con todas las reglas… Los diálogos son escritos sobre la marcha y deja que sean los contratiempos, a destiempo, los que alteren el guión. Adiós al realismo social y a la adaptación de textos literarios. Fue casi una segunda Revolución Francesa con Madame le Guillotine’ en la mano.
Jean-Luc Godard deja huérfano, sin remedio, al cine moderno, cuya existencia alumbró él mismo junto al que fuera su amigo, François Truffaut. Revolucionaron el Séptimo Arte para que todos hoy podamos añorar el futuro antes de vivirlo.<
Siempre a contracorriente, Godard murió hoy a los 91 años tras recurrir al suicidio asistido. Y no porque estuviera enfermo, “simplemente estaba agotado”, declararon sus familiares al periódico ‘Liberation’.
En nuestro país, estuvo casi siempre recluido en las alternativas salas de las filmotecas y cine-clubes. (Aquí en Canarias tenemos que agradecer que existiera la 2 de TVE con los ciclos de cine francés del programa ‘Cine-Club’, a comienzos de los 90, y los viernes de ‘La clave’ de Balbín, aún antes en el tiempo).
Nacido en 1930 en París, pero criado en Suiza, Godard comenzó como muchos de sus geniales coetáneos. Críticos todos, revolucionarios todos, que reescribieron la historia sacudiéndola. Zarandeándola, pues no hay otro modo, sino el de plantear interrogantes. Siempre.
Decía el propio JFK, protagonista también contemporáneo de esa misma década de los 60, pero al otro lado del Atlántico lejos de las barricadas, “El cambio es ley de vida. Cualquiera que sólo mire al pasado o al presente, se perderá el futuro”.
De hecho, todos estos autores se abrieron paso escribiendo críticas en ‘Cahiers du Cinéma’, con el ojo puesto en cuanto pasaba a su alrededor, comprometidos políticamente, sin perderse el presente para no pasarse de largo el futuro…
Protagonistas de una manifiesto estético, con ellos nació el tan traído y llevado cine de autor. Pero Godard seguía vivo y haciendo películas hasta hace sólo cuatro años. Era su patria, el cine, decía.
Rehusó recoger el Oscar Honorífico en 2010 y una de sus mejores citas acerca del cine, antes de que éste se convirtiera en un producto industrial, fue: “La fotografía es verdad, luego el cine es verdad 24 veces por segundo”…
Así que si algo hemos perdido hoy, con certeza, es un poco menos de verdad, de esa verdad tan necesaria, 24 veces por segundo y 365 amaneceres por año que serán un poquito más oscuros.