Industria canaria retrocede sus ventas a 2006
Industria canaria retrocede sus ventas al año 2006, como consecuencia del cero turístico, la caída de la demanda y los confinamientos diseñados por el Covid-19.
La patronal Asinca guarda discreción sobre el impacto en las cuentas de sus asociados pero, en el día a día, las empresas están suministrando datos a las administraciones con el fin de definir un plan de reactivación del sector cuando se instale el periodo de post-pandemia, que podría alcanzarse después del verano de 2021.
La facturación real de la industria canaria será más visible a partir de diciembre, cuando se evalúen las expectativas laborales de la plantilla que volvió de los Ertes en el mes de julio de 2020, tras el final del Estado de Alarma.
Los empresarios industriales están tratando de minimizar los reajustes con la esperanza de que Canarias mantenga controlada la curva del Covid, o que los corredores turísticos puedan ser una realidad tras las restricciones para volar en Alemania, Reino Unido o Dinamarca.
Incluso la llegada de turistas nórdicos, aunque sean escasos, puede coadyuvar a una planificación de ingresos y gastos más atemperada, pero lo que bulle, como un trueno, es que la recesión del tejido industrial puede convertirse en la peor en décadas.
Las autoridades gubernativas tendrán que esmerarse en ampliar la cobertura de los incentivos del REF, en el que se incluyan ayudas directas so pena de perder empleo. Y, por ahora, como expresara el personaje de Jeremy Irons en la película Margine Call (relata la noche tormentosa en la que cayó Lehman Brothers, en 2008), “el problema es que la música ha dejado de sonar“.