El Gobierno ‘interviene’ Asprocan
Es anormal que la ayuda que otorga la UE tenga un reparto tan desequilibrado: 350 productores absorben la mitad de los fondos mientras 7.200 agricultores se conforman con el otro 50%
El Gobierno ha cumplido con su obligación de mediar en un conflicto (el platanero) de consecuencias impredecibles ante la renovación en 2020 de las subvenciones de Europa.
El presidente, Fernando Clavijo, ha liderado las negociaciones ante el fracaso manifiesto del consejero de Agricultura, Narvay Quintero, a quien el sector le tomado literalmente el pelo durante 7 meses.
Lo más llamativo del documento firmado este miércoles en Tenerife, es el mutismo de los productores y del propio Ejecutivo.
No ha trascendido ni una coma del contenido del acuerdo, salvo estimaciones oficiosas que apuntan a una posible derogación del sistema de control de precios (picas) y la suspensión de las sanciones impuestas a la organización Llanos de Sardina, de GC, la más crítica con la dirección de Asprocan.
No se descartan medidas más ejecutivas como el relevo en la gerencia de Asprocan y la reducción del poder de la asamblea general de manera que el cien por cien de los productores tengan voz sin temor a ser discriminados, como le ocurrió a Llanos de Sardina y Europlátano, los 2 disidentes en el conflicto.
La presidencia de Asprocan mantuvo hasta el final una posición de fuerza al alegar (con cierta razón) que Llanos y Europlátano representan al 15% del sector.
Sin embargo, el negocio platanero no es un parlamento que se mida por cuotas de poder en función del volumen que se comercializa.
Precisa de unanimidad para evitar operaciones especulativas donde el grande se come al chico. Es anormal que la ayuda por pérdida de renta que otorga la UE tenga un reparto tan desequilibrado: 350 productores absorben la mitad de los fondos mientras 7.200 agricultores se conforman con el otro 50%.
O sea, 70 millones de euros para 350 cosecheros y otros 70 millones de euros para 7.200. Algo no encaja y demuestra a todas luces que Asprocan necesita con urgencia una revisión.
Clavijo también aspira a reconstruir el edificio patronal ante el temor de que Bruselas recorte las subvenciones, lo que significa que por vez primera desde la creación en 1993, el Gobierno canario interviene de facto Asprocan.