Gandini Juggling… Efímero arte en movimiento
Convertidos en imprescindibles de los ‘veranos teatrales’ por sus increíbles coreografías, son los protagonistas de 'TEMUDAS' en Las Palmas.
Gandini Juggling revitaliza el arte del circo con “4×4 Arquitectura Efímera”, que presenta a cuatro malabaristas y cuatro bailarines, acompañados de un quinteto de música, en el marco del ‘TeMudas Fest’ o Festival del verano grancanario.
La cita: El espacio, en la plaza de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria. El momento, ya… Así de efímero es el arte ¡Corre porque ya no estás donde estabas!
Hacen otra forma de circo, fruto del trabajo de hallar un lenguaje común a diferentes disciplinas artísticas. “4×4 Arquitectura Efímera” está dirigido por el propio Gandini y coreografiado por el bailarín del Royal Ballet, Ludovic Ondiviela.
El Quinteto Particella interpreta en directo la música original de Nimrod Borenstein, ‘Suspended opus 69′. Y el resultado es un emotivo ejercicio multidisciplinar que, sin duda, conecta con el público.
Más allá de los guiños, no hay una pose, sino un toque. Un toque al que le basta tan sólo una interacción entre dramaturgia y malabares, pues… ¿Por qué no van a tener las habilidades de los artistas ‘callejeros’ un significado narrativo?
La poética de una narrativa nace de la intencionalidad que seamos darle al talento, ¿o no?
Cuando el cuerpo humano se integra hasta llegar a confundirse con el propio universo, espacio y movimiento trazan una alianza en la que la imaginación sí conquista el poder. Al fin (ya que estamos de aniversario ‘mayosesentayochista’).
El domino de la cultura es una mera ficción del hombre y la ironía de los malabares que conducen la escena de los ‘Gandini Juggling’ te llevan de calle hasta el circo… ¡Y por qué no!
En toda Europa se les considera la propuesta definitiva de malabares, danza, circo y humor inglés. Fusión o ficción, o bien, ficción de fusión, son sobre todo, equilibrio simbólico.
Con más de 4.000 espectáculos a sus espaldas en medio centenar de países, durante las últimas dos décadas (un poco más), se han convertido en imprescindibles de los ‘veranos teatrales’ por sus increíbles coreografías.
Demandadas en todo el mundo y al ritmo de casi cualquier música, irracionales sólo en apariencia, logran una puesta en escena en la que se confunden contexto y dimensión. Sin olvidar que el arte circense está enfocado en la danza. Y a veces, sólo a veces, hace falta tan sólo un paso. Eso sí, el que rompe los esquemas (como para todo).
‘Gandini Juggling’, fue creada en 1992 por el malabarista inglés Sean Gandini y la campeona de gimnasia rítmica finlandesa, Kati Yla-Hokkala. Tan sugerente como sorprendente, al menos a priori.
Claro que la cosa cambia si introducimos una tercera variante en esta ecuación. Gandini creció en La Habana… “¿Cómo tú sabes que esto no influyó en su arte, chico?”.
‘Gandini Juggling’ y su concepción casi cuántica del arte escénico, en el que el circo se fusiona con no importa qué otras manifestaciones, los ha colocado en la vanguardia internacional del circo contemporáneo, reinventando los malabares para el siglo XXI.
Después de todo, Vicente Escudero bailó en París al compás de una máquina de vapor en 1924. También Israel Galván levantó la mano y pidió un taxi en medio de un ‘requiebro’, en “La curva”. Si la parodia y la ironía son sinceras, son más. Qué más da. Pero si todos en algún momento de nuestra vida, somos malabaristas. Meros juglares de la vida que va.