Francia, con Argelia; España, con Marruecos
La crisis energética de la guerra con Ucrania acelera la normalización de relaciones entre Europa y los dos principales actores del Magreb
Francia con Argelia; España con Marruecos. El mapa de las relaciones entre Europa y el Norte de África coge algo de lógica a cuenta de la estrategia de los cuatro países protagonistas de una serie de encuentros impensables hace pocos años.
La crisis energética provocada por la guerra en Ucrania, con amenazas de severos recortes a la economía europea, ha acelerado el proceso de integración del Magreb en el Viejo Continente.
Aunque las declaraciones institucionales se suceden de forma sibilina, los mandatarios mantienen una intensa agenda. El rey marroquí, Mohamed VI, aprovechó una de sus citas anuales (como su cumpleaños) para reabrir la autonomía del Sáhara Occidental y mantener la mano tendida a España.
En estos días, es el presidente francés, Emmanuel Macron, y su homólogo argelino, Abdelmadjid Tebboune, los que firman un acuerdo de “asociación renovada”, donde los dos gobiernos acordaron cooperar en materia energética, seguridad y revaluar su historia conjunta. Se trata de un impulso para reparar sus relaciones bilaterales, marcadas por disputas sobre la migración y el legado de los crímenes coloniales.
En la ciudad portuaria de Orán, en el noroeste de Argelia, Macron concluyó su visita de tres días, destinada a poner fin a meses de tensiones con la ex colonia francesa.
Lo hizo tras la firma de un acuerdo de “asociación renovada”, denominado “Declaración de Argel“. Se trata de una serie de pactos alcanzados con su homólogo argelino, Abdelmadjid Tebboune, en asuntos energéticos, migración, seguridad, investigación de gas e hidrógeno, investigación médica y cooperación deportiva, así como la indagación sobre crímenes cometidos en la época colonial.
“Tuvimos momentos conmovedores estos últimos días que nos permitieron sentar las bases de lo que está por venir”, afirmó Macron este sábado 27 de agosto, en referencia al deseo de diálogo sobre temas sensibles como la memoria o la inmigración. Sin embargo, reconoció que “queda mucho por hacer”.
Argelia es una de las naciones más grandes de África, además de un importante proveedor de gas y petróleo para Europa así como un actor militar regional influyente en la lucha contra el yihadismo.
Argelia ha protagonizado una intensa disputa con España a cuenta del Sáhara Occidental con la marroquinización de la que fue provincia hispana hasta 1975.
De hecho, el 22 de septiembre está prevista una jornada de análisis en Las Palmas sobre el futuro del Sáhara a la que prevé asistir José Luis Rodríguez Zapatero y los ex ministros José Bono y Miguel Ángel Moratinos. La jornada la organiza un foro civil de reciente creación (Saharauis por la Paz), con sede en El Aaiún.
España se ha convertido en el primer país inversor de Marruecos, con más de mil empresas y conexiones marítimas y aéreas diarias a las principales ciudades. Solo en Canarias residen más de 50.000 marroquíes y, a partir de septiembre, inicia su andadura una nueva cónsul en Las Palmas, Fatiha Kamouri, que pertenece al equipo diplomático de confianza del primer ministro marroquí, Aziz Ajanouch.
La controversia energética entre Argel y Madrid ha permitido, por otro lado, que el Gobierno español evalúe la posibilidad de suministrar gas argelino a Marruecos. Los dos países magrebíes mantienen cerradas las fronteras desde 1994, aunque en varias ocasiones han especulado con retomar las conversaciones, sobre todo, después de que Rabat se haya hecho fuerte en el concierto internacional con Estados Unidos tras la apertura de relaciones con Israel, un episodio con escasos precedentes entre países musulmanes, y que ha propiciado, por ejemplo, la normalización de los viajes para 2 millones de judíos que viven en territorio marroquí.