Fracaso político de una Europa débil
Si las partes no logran aunar esfuerzos, recuperar la confianza y establecer puentes de diálogo, el mundo se asoma al peor conflicto desde la Segunda Guerra Mundial
Europa, desde Macron a Johnson, Draghi, Sánchez y el nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, han fracasado en su acción diplomática para evitar la guerra en Europa del Este.
El ataque de Rusia sobre Ucrania coge a Europa en una situación de debilidad estructural que envuelve a casi 500 millones de personas en una crisis eonómica en auge por la parálisis de la pandemia por coronavirus.
Macron se enfrenta en Francia a las elecciones presidenciales con una clara tendencia a la baja. Italia sigue sin ajustar su mapa político. Reino Unido sufre un descrédito sin precedentes por la hilaridad de su primer ministro. Alemania acaba de estrenar una coalición de gobierno con apoyo de los verdes y los pacifistas. España tampoco se queda atrás con una alianza que implica renuncias al discurso ideológico de formaciones como Podemos.
Rusia, que trata de atar todos los hilos de una madeja que se complica en lo social (muertos, heridos y refugiados) y en económico (crisis pandémica), conocía los altibajos de la UE (incluida Gran Bretaña) y de Estados Unidos, que sufre una contestación interna desde el cierre en falso de la derrota de Trump.
Además, para desgracia de Europa, China respalda a Moscú por mucho que se asuma que Putin ha lanzado un ataque sobre un país soberano. Se veía venir el conflicto y la clase política no ha sabido priorizar una agenda (la ucraniana) que se arrastra desde hace 8 años.
Si las partes no logran aunar esfuerzos, recuperar la confianza y establecer puentes de diálogo, el mundo se asoma al peor conflicto desde la Segunda Guerra Mundial.