Endesa cumple 13 años de litigio con los vecinos de La Cícer
Endesa demora el traslado de la subestación de La Cícer, mientras los vecinos de Guanarteme que componen la plataforma ciudadana insiste, desde hace 13 años, en el cierre y traslado de la subestación eléctrica de Endesa (antes Unelco), en la capital grancanaria.
El traslado de las instalaciones, comunicado a finales de 2021 por el Ayuntamiento a los vecinos, se produce tras las sentencias judiciales que obligan a la eléctrica que dirige Pablo Casado a buscar nuevos espacios.
El Consistorio prometió a los miembros de la plataforma que disponía varias parcelas de titularidad municipal a la empresa para que puedan trasladar sus instalaciones y seguir proporcionando el servicio con total normalidad y que ahora habrá que esperar por la elección del emplazamiento definitivo por parte de la compañía eléctrica, tras presentar al Ayuntamiento el plan de cierre.
Urbanismo mantiene que el criterio pasa por acatar los fallos judiciales. “La intención es que previsiblemente durante el año 2022 se resuelvan los trámites técnicos y burocráticos para que se pueda iniciar el traslado de la subestación eléctrica, y recuperar la zona como un nuevo espacio público para la ciudad, respondiendo así a las demandas planteadas por los representantes de la plataforma ciudadana durante los últimos años”.
“Desde que llegamos al Gobierno municipal hemos venido solicitando el cierre de estas instalaciones que los tribunales han considerado ilegales, ofreciendo soluciones y alternativas y posicionándonos siempre de parte de los vecinos que siempre ha exigido recuperar ese espacio para la ciudad”.
En 2016, un recurso de la eléctrica ante la Justicia fue aceptado como cautelar frente al cierre fijado por otra sentencia de la Sala.
La Cícer es uno de los espacios de generación eléctrica más sensibles de la ciudad al dar luz a 45.000 personas y englobar áreas de prioridad número 1 en el código energético, como el Hospital Doctor Negrín.
La Cícer, en la playa de Las Canteras, es objeto de discrepancia por la plataforma civil Salvar La Cícer, un colectivo de vecinos que, desde 2009, acusa a Endesa de presunta contaminación acústica y posibles riesgos medioambientales con el ecosistema de la playa.
Un recurso de la eléctrica ante la Justicia fue aceptado como cautelar frente a la decisión del Ayuntamiento del alcalde, Augusto Hidalgo, que decretó el cierre al abrigo de otra sentencia de la Sala en febrero de este año.
Hasta ese año, La Cícer con centrales sustitutas no figuraba en el Plan Insular de Ordenación, que es el encaje jurídico que precisa para su reimplantación.
El concejal de Urbanismo, Javier Doreste (Podemos), ha aplicado siempre los mismos argumentos del Tribunal Superior: La Cícer es “ilegal“, “ilegalizable” y “clandestina“.
La Cícer es una subestación con líneas de media y alta tensión que pasó a manos del operador del sistema, REE.
La Cícer opera en la zona desde 1930 cuando inversores norteamericanos activaron una central térmica que diera cobertura a las industrias conserveras previstas en El Rincón.
La Cícer fue adquirida en 1966 por régimen de Franco a través del Instituto Nacional de Industria (INI). Dispuso de licencia de obra, pero no de actividad, ya que en esa época no era condición sine qua non.