Cuba, al pueblo no se le combate, se le sirve
"El nuevo imaginario cubano está en marcha… Y del pueblo serán sus ‘contadores de historias’, porque se han echado a las calles para plantarle cara a una revolución que retro-alimenta su ideario a fuerza de silenciar a un pueblo"
Cuba es su gente y “La orden de combate está dada” es una frase inadmisible por parte de Díaz-Canel, porque al pueblo no se le combate. Al pueblo se le sirve, chico… Porque una nación es su pueblo. Y más en Cuba, ¿o no ?
Acaso creyó otra cosa Miguel Díaz-Canel cuando fue nombrado presidente el 19 de abril de 2018, constituyéndose así la IX Legislatura de la Asamblea Nacional de Cuba.
Pero el nuevo imaginario cubano está en marcha… Y del pueblo serán sus ‘contadores de historias’, porque se han echado a las calles para plantarle cara a una revolución que retro-alimenta su ideario a fuerza de silenciar a un pueblo.
Y ése no es el camino. De serlo, acaban convertidos en una verdadera ‘iconocracia’, que sustenta sus valores en la iconografía de los líderes del pasado… Aquellos que sí hicieron la Revolución. Escrita así, con mayúsculas.
Pero esa iconocracia sólo alimenta y da aliento a los que se miran en ella, no a los que tienen que vivirla. A éstos los ahoga, porque se encarga de que nada cambie mientras el mundo sigue girando.
Y es que a quienes la tienen de espejo, les cunde echar mano de una ‘revolución’ una vez por semana (al menos, pero no mucho más), para que no les sangre la herida de la ideología.
Bueno, quién sabe si para que les sangre un poquito y calmar su culpa social, pues es bueno que aún existan los ideales pero que los mantengan otros por ellos.
Porque sosegar la resiliencia es mucho mejor si la guerra o la revolución le pillan bien lejos. Una camiseta y a la manifestación, con un par de ‘me gusta’ en el Facebook, que no se diga que han olvidado al Ché Guevara y, ‘ché’… A otra cosa, mariposa.
Pero los que viven bajo esa iconocracia que alimenta comercialmente al resto del mundo, pero no les da de comer a ellos, y que acalla sus voces, las de toda una nación cubana en permanente resistencia social… Están cansados y son Cuba.
Una Cuba que jamás acudió a las urnas… Esa Cuba a la que la necesidad le borró la izquierda de la derecha porque piden con las dos manos, a manos llenas.
Y sí, es verdad que Cuba lleva 59 años de bloqueo financiero, económico y comercial (que se dice pronto). El más largo en la historia de la humanidad. El bloqueo de Estados Unidos a Cuba ha afectado a todos los sectores de la sociedad.
Pero también es verdad que los cubanos no saben lo que son unas elecciones democráticas, que sus opositores políticos acaban en prisión y que la libertad de expresión sólo funciona si fluye en paralelo al régimen.
El disenso y la discordancia quedan para el baile, siempre camuflados en la música y tras esa sonrisa del ‘tirar pa´lante’ que, irremediablemente, mantienen ante la vida. El ritmo como único y verdadero instrumento de expresión.
Casi una experiencia emocional en Cuba. Y los cubanos no tiene por qué seguir mirando al horizonte del Malecón, buscando su propio son. Porque vivir es convivir, no sobrevivir. Y tal y como se estila decir por allá… “Candela pa´l jarro hasta que suelte el fondo”, Díaz-Canel.