Cortona, de Fra Angélico a ‘Bajo el sol de la Toscana’
#TeCuentoUnSecreto relato 7. La autora, en su viaje por el mundo, comprueba cómo la inspiración del arte florentino llega a un pequeño pueblo que sirvió para pintar una Anunciación medieval o para rodar la película más famosa de Diane Lane en su casa de Bramasole
#TeCuentoUnSecreto más, de ésos que se quedan aferrados a los recuerdos. De quienes tienen la vista vuelta al sur y revisitan la memoria con la misma calidez de una tarde de verano.
De esos recuerdos que te dan forma hasta moldear para siempre tu mirada, de ese pasado que te acerca a tu destino. Quizá ayudó a ello el hecho de que llegáramos a un sitio de promesas…
Promesas de una vida eterna y también de una ‘dolce vita’. De un modo u otro, una existencia sin fin. Y te cuento el secreto de ese pequeño rincón que tanto huele a vida, otra vez.
Seguimos en la geografía italiana, pero sin perder de vista el sol, como girasoles que cambian su posición a medida que avanza el día. En la provincia de Arezzo y prácticamente a nada desde la imponente Florencia…

Cortona muestra desde lo alto este denso valle que se extiende por la Toscana italiana. (Foto Espiral21).
El ronroneo regular del tren y la tibia luz de la Toscana, siempre brumosa aún cuando caldea, te anticipa los ecos de un mensaje todavía por descifrar, que se cuela por las ventanillas.
Al bajarte en la estación, ya has dejado de intuirlo. Lo sabes al instante. Cortona es como un pequeña caja de música que sólo aguarda a que la abras para ver qué hay dentro mientras la melodía suena.
Esta pequeña localidad, a la sombra siempre de otras ciudades más relevantes de la Toscana, atesora lo mismo las palabras susurradas que engendran vida, que el nombre de la Villa que te la cambiará para siempre.
Fra Angélico a ‘Bramasole’ hay sólo un lugar y dos mujeres. Cortona, por supuesto, y María, la Virgen, y Frances, la escritora divorciada de San Francisco que da un giro a su vida y se instala en la Toscana a vivir.
¿Que cómo pasamos del retablo de la Anunciación a una de las comedias románticas más vistas en todo el mundo? Pues como mismo vamos de las palabras del Ángel Gabriel al guión de ‘Bajo el sol de la Toscana’…
Dejándonos llevar a través de los empinados callejones de Cortona, porque el amor está en el aire, y por todas partes, en un pueblo que te enamora tanto por sus rincones como por sus vivencias.
En Cortona, el camino que viene es el que va, todo tiene un por qué y en cualquier momento, al igual que María o Frances, puedes recibir una señal divina de algo que está por venir o creer que así puede suceder. Está en el aire y es contagioso.

Escalinatas medievales del Ayuntamiento de Cortona, con la autora junto a locales y turistas. (Foto E21).
Comienza cuando te hallas frente a la única tabla del fresco de la Anunciación de Cortona, cuya imagen viste reproducida mil veces en los antiguos catecismos. Pero ahora estás en su modesto Museo Diocesiano, adonde fue trasladado desde la Iglesia de Gesú de Cortona.
Todo en Fra Angélico es intencionado, desde la postura de las manos del Arcángel, señalando con un dedo hacia arriba y con el de la otra mano a María, en disposición de aquello que va a contar… Hasta las propias palabras que le hace pronunciar.
Sí, Fra Angélico le hace hablar y, lejos de sólo insinuarlo, transcribe el mensaje en dos líneas, en medio de las cuales le responde María, pero escrito al revés y leído de derecha a izquierda, pues es ése el sentido de la conversación.
Después de todo, tales palabras no iban dirigidas a nosotros…

En el frontis del cafe y del Teatro Signore se rodaron algunas escenas de ‘Bajo el sol de la Toscana’. (Foto E21).
Pero sí todo lo demás, con lo que continúas paseando por el casco antiguo de Cortona buscando la fuente donde se sumerge la nueva amiga de Frances, la que imita a Silvia en la famosa escena de ‘La dolce Vita’ de Fellini.
Y no la encuentras, pues fue construida en el centro de la plaza sólo para el rodaje de la popular película. Claro que para cuando llega este momento, ya has comprendido que toda Cortona es una fuente en la que bañarse emulando a la ‘felliniana Silvia’.
Descubres que la propia Cortona es el secreto mejor guardado de ésta y de otras historias, que sus calles empedradas te reservan sorpresas arriba y abajo. Que las hueveras del desayuno son de cerámica y llevan soles pintados y que sus helados son los más cremosos del mundo.
Y que el Palazzo Comunale con sus escalinatas en la Piazza della Reppublica, donde todo acontece repleto de palabras y de miradas, los muros etruscos, la Catedral o Duomo y el ‘Girifalco’ o camino de los murallas de la fortaleza de los Medici… Son la foto y el escenario de las vivencias de otros que nos antecedieron.
Pero que todo sigue vivo, ‘dolcemente ’ vivo, ‘fellinianamente’ vivo. Tres veces. Y que la villa de ‘Bramasole’ está ahí, a las afueras del pueblo, y se alquila, porque… ¡Que levante la mano quien no haya pensado alguna vez instalarse en la Toscana, aunque sea un mes!
Al caer la tarde, la iglesia de Santa Maria Nuova flota en el valle y no es tan sólo mi sensación, y su flamante cúpula al sol (como otro girasol más), a buen seguro, guarda algún otro secreto más. Porque Cortona es fuente de inspiración y el agua, como la vida, fluye.
Para seguir leyendo
Relato 1. Génova esconde en Boccadasse el cielo en la tierra.
Relato 2.Leonardo, los lienzos de las emociones más profundas.
Relato 3. Chartres, la catedral que esconde un laberinto medieval.
Relato 4. Nimes donde las cigarras cantan los colores del grafiti.
Relato 5. Málaga y El Pimpi, 50 años de bulerías y fandangos al paladar.
Relato 6. Pompeya, adicción al pasado bajo la lava del Vesubio.
Relato 8. Medjugorje, santuario cristiano en un país musulmán.
Relato 9. Terciopelo dulce en el Soho de Londres.
Relato 10. Nueva York en los 20 años del 11-S: conocer es recordar.