Combatir la Yihad llevará 50 años
El capitán de fragata Francisco Aznar deja entrever, en una charla en LPGC, el largo tiempo de lucha de Occidente contra el Estado Islámico "siempre que se interprete como encuentro de civilizaciones y no como choque"
Combatir el terrorismo yihadista llevará 50 años. Es la intuición de uno de los mayores especialistas españoles en el Islam, el capitán de fragata Francisco Aznar.
Francisco Aznar deslizó esa apreciación en el turno de preguntas con unas 40 personas en el salón de actos de la Sociedad Económica Amigos del País de LPGC, durante la conferencia ‘La gestión del salvajismo‘.
Francisco Aznar confesó que “siempre que se interprete como un encuentro de civilizaciones antes que un choque” las relaciones Occidente-Islam, el fenómeno tendría garantías de solución. Pero Francisco Aznar admite que el reto es ambicioso.
“Los referentes de Occidente y del Islam nos llevan a un debate irracional“, explicó en el inicio de su ponencia. “Occidente sienta sus bases en el individuo y la libertad. El Islam, en cambio, lo forja en la comunidad y la justicia. Son el referente de 2 sistemas con valores ordenados de forma distinta“.
“En la Yihad, la religión no se puede separar de la cultura. Los católicos nos basamos en el Evangelio de Jesús, los Profetas y los Apóstoles. Los islamistas tienen su esencia en el Corán, Mahoma y los 4 Califas Perfectos. Es la doctrina de dos realidades opuestas (…) donde la globalización no es un mundo pacífico en el que, además, todos somos fronteras. La globalización es un proceso de racionalización pero de Occidente y ahí es donde se encuentra con el Islam“.
Francisco Aznar afirma que, en medio de esa globalización, emerge el Islam Político frente a los conceptos Democracia y Estado, que “están construidos sobre ideas occidentales“. “El Islam Político desprecia los patrones de vida occidental y a partir de ahí es cuando se radicaliza, cuando surge la religión y aparecen los partidos islamizantes“.
Entroncar el Islam Político son el salafismo moderno creado en los 70 por los Hermanos Musulmanes de Egipto, supone “un retorno al pasado pero vía Internet“.
Francisco Aznar, doctor en Ciencias Políticas y analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (Ministerio de Defensa), subraya que el salafismo convierte a los salafistas en activistas y, por extensión, en terroristas. “Es un macarthismo religioso con 3 ejes: puristas, políticos y yihadistas, donde Egipto es la madre de todo“.
Francisco Aznar insiste en una condición indispensable parar acercarse al fenómeno yihadista: comprenderlo. “Entenderlo, pensar como piensan ellos, que es muy diferente al sistema cartesiano-racionalista de Occidente. Para acabar con el terrorismo hay que acabar con el discurso terrorista, pero si ese discurso tiene su amparo en la religión, se vuelve más complejo y profundo. Sólo lo podemos combatir junto a los musulmanes para que se impliquen en la lucha y limpien de radicales sus territorios“.
Estado Islámico
En los últimos 5 años, el Estado Islámico ha obtenido éxitos sin precedentes. Con medios brutales de represión y estrategias militares muy precisas, va camino de lograr algo históricamente imposible: la reconstrucción de un califato.
Según la documentación especializada a la que accedió Espiral21, desde la Segunda Guerra Mundial no ha habido ningún grupo armado que lograr ganar un territorio tan extenso como el que abarca parte del Norte de Irak y Siria.
Este hito es considerado por entes como el propio IEEE al que pertenece Francisco Aznar, como el resultado del conflicto sirio, que se interpreta como incubadora de una nueva variedad de terrorismo.
En plena guerra civil posterior a la Primavera Árabe (que surge según Francisco Aznar tras la crisis financiera de 2008 por la caída del flujo de dinero de Occidente), Siria se prestó a servir de base a miles de islamistas insurgentes sin relación aparente ni amenaza común con los sucesos del 11-S en 2001 o con la invasión de Irak de 2003.
Al contrario de las tropas “harapientas” de Al Qaeda en Afganistán, como las define la autora Loretta Napoleoni, o el ejército de suicidas de Al Zarqawi en Irak, el Estado Islámico (ISIS o Daesh), se presenta como una organización capaz de generar ingresos enormes, que “actúa como multinacional de la violencia“, un ejército grande y moderno que remunera a sus soldados y los entrena con destreza.
Según The Wall Street Journal, la exportación de petróleo del Daesh les genera 2 millones de euros al día. El PIB anual del Estado Islámico se sitúa por encima de los 2.000 millones de euros y su capacidad de producción de petróleo les lleva a 600.000 barriles al día que introducen en el mercado a través de redes que atraviesan el espacio turco.
El Daesh, además de capacidad militar, influye en los medios de comunicación, establece programas sociales entre la población y fomenta el sentido constructivo de la nación.
El Estado Islámico ha instaurado un nuevo modelo de terrorismo que llevará décadas de combate a Occidente.
El EI, ISIS o Daesh se aprovecha, además, de los intereses geoestratégicos de la política mundial.
En varios momentos de la charla, Francisco Aznar exhibió mapas de la zona que no dejan lugar a dudas.
En Siria, Irán apoya al régimen de Bachar El Assad, principalmente, a través de la rama libanesa Hezbolá.
Arabia Saudí, Kuwait y Qatar han venido apoyando y financiando a grupos insurgentes suníes (opositores de los chiítas), como el ISIS, con el fin de boicotear en la región la influencia iraní.
Hezbolá, a su vez, arma a Hamás en el conflicto palestino pese a que su histórico aliado era Arabia.
Ahora, Arabia y los Emiratos aíslan a Qatar, mientras que Rusia respalda a Assad y Estados Unidos abastece a los rebeldes sirios contrarios al régimen. “La región entera es un polvorín y llevará tiempo“.