China elimina la cuarentena de Covid para los extranjeros
A partir del 8 de enero los visitantes solo tendrán que aportar una prueba PCR. Las autoridades creen que la enfermedad está controlada y se abordará como una infección respiratoria común. Los casos superan los 4 millones diarios
China elimina la cuarentena para los viajeros para extranjeros a partir del 8 de enero de 2023, según acordó la Comisión Nacional de Salud, eliminando así una norma vigente desde el comienzo de la pandemia hace tres años, informa un despacho de la agencia Reuters recogido por medios internacional.
El control chino del Covid-19 deja de ser una realidad aplastante para bajar a la categoría B, mucho menos estricta que la actual A de máximo rango, ya que la enfermedad se ha vuelto menos virulenta y evoluciona gradualmente hacia una infección respiratoria común, aunque esté reportando 4 millones de contagios al día y haya contabilizado casi 300 millones de infecciones.
Tres años de estrictas regulaciones han pasado desde el cierre de fronteras con frecuentes confinamientos, una determinación que ha golpeado la economía de China, lo que provocó el mes pasado la mayor muestra de descontento público desde que el presidente Xi Jinping asumió el poder en 2012.
El Gobierno tomó nota y China dio un brusco giro de 180 grados a su política este mes, eliminando casi todas las restricciones nacionales por el Covid, una medida que ha puesto a los hospitales al borde del colapso frente a una ola nacional de infecciones.
Los estrictos requisitos a los viajeros entrantes incluían cinco días de cuarentena obligatoria en un centro supervisado por el Gobierno y tres más de aislamiento en casa.
La cuarentena y otras medidas sobre el número de pasajeros en vuelos internacionales se eliminarán a partir del 8 de enero. Sin embargo, los viajeros que entren en China seguirán teniendo que someterse a la prueba PCR 48 horas antes de la salida, dijo la autoridad sanitaria.
Desde enero de 2020, China había clasificado el Covid-19 como enfermedad infecciosa de categoría B, pero la gestionaba con protocolos de categoría A que cubren males como la peste bubónica y el cólera, lo que daba a las autoridades locales la potestad de poner en cuarentena a los pacientes y sus contactos cercanos y confinar regiones.