Beso fin Guerra Mundial en tu t-shirt ¿Te la compras o no?
Muere el marinero protagonista de la icónica foto del beso en Times Square festejando el fin de la Segunda Guerra Mundial. Tenía 95 años y el mejor beso del mundo en su haber. Al menos, Stradivarius también lo cree así.
Beso por excelencia de toda la iconografía fotográfica en la historia contemporánea de la humanidad. Portada de la mítica revista ‘Life’ en su día, y tantas otras veces desde de aquel fin de la Segunda Guerra Mundial.
Y trampolín de Alfred Eisenstadt, autor de la famosa foto, quien corría por Times Square con su cámara ‘Leica’ colgada al hombro, como otro neoyorquino más, celebrando como todos el fin del sangriento conflicto bélico.
“De repente vi que alguien agarraba algo blanco. Me di la vuelta e hice click en el momento en el que el marinero besó a la enfermera. Si ella hubiera estado vestida de negro nunca hubiera tomado la foto”.
“Nunca habría disparado la toma, o si el marinero hubiera llevado uniforme blanco, lo mismo. Realicé cuatro tomas. Fue en apenas unos segundos”. Contaría Alfred en su libro ‘Eisenstadt on Eisenstadt’.
La tituló ‘V-J Day in Times Square’ (1945). En la foto, el marinero (un marinero cualquiera), besa apasionadamente a una enfermera (una enfermera cualquiera), en el mundialmente famoso Times Square de Nueva York. (Cada fin de año, el mundo entero ve caer la bola que así lo anuncia).
Sucedía el mismo día de la victoria de los Aliados, tras conocerse el final del conflicto con la rendición de Japón. Todos se echaron a las calles. Eisenstadt también.
Y lo que es más importante… George Mendonsa y Greta Zimmer Friedman también saltaron a la amplia Avenida de Times Square. Eran un marinero cualquiera y una enfermera cualquiera. (Al menos, hasta ese día).
Besarse quizá cambió sus vidas para siempre. Quizá no. Eran dos perfectos desconocidos en el primer día enteramente feliz después de años… ¿Por qué no compartir ese momento y celebrarlo con un beso?
¿Quién no ha abrazado, besado o bailado con un perfecto desconocido alguna vez en su vida? (Aunque sólo sea en Fin de Año…) ¡No lo niegues!
George Mendonsa cogió de la cintura a Greta y pudo ser ella, como bien pudo ser otra. Pudo haberse convertido luego en la mujer de su vida, como pudo no volver a verla nunca más.
Sabemos por cuanto supuso esta foto luego, que sus vidas jamás volvieron a cruzarse, que sólo la magia del arte de la fotografía los cubrió de romanticismo para toda la eternidad…
Pero que el tiempo, que a veces quita y da razones hasta ser capaz de desdibujarlo todo por completo, ha sido cruel esta vez y se ha burlado del ojo del artista al cambiar de siglo y de ciclo… También es un hecho. (Y aterrador, debo decir).
George Mendonsa llegó a ser acusado de “acosador sexual en estado de embriaguez” por el devenir feminista, cuyas voces más radicales nos han señalado a todos, desde algunos de sus portales más férreos, de ser víctimas de “ceguera selectiva sobre la cultura de la violación”.
Sí, así de claro, por el mero hecho estético-artístico de sucumbir a la belleza y emoción de esta foto en su contexto. Una escena que pertenece a la propiedad inmaterial del subconsciente colectivo y que tantas veces ha sido reproducida en el cine.
Beso que es beso por encima de cualquier otra cosa, que denota felicidad, tal y como quiso atrapar Alfred Eisenstadt desde su retina gracias a la tecnología ‘Leica’ del momento.
Beso que es magia sin más sombras o ‘claroscuros’ que el de la propia reproducción en blanco y negro. (No existe una toma posterior en la que Greta, molesta, le devuelva una bofetada después de la efusividad de este beso).
Beso que ‘Life’ supo ver también en todo su significado como comienzo de una nueva era, de júbilo y de verdadera esperanza para la humanidad después de tanta barbarie.
Beso, finalmente, que incluso la publicidad ha sabido explotar. Quizá ahora de forma un poco ‘agorera’, puesto que la franquicia de ‘Stradivarius’ apuesta de nuevo por esta imagen para sus primeras camisetas por la próxima primavera (colocadas hace tan sólo una semana… Y lamentablemente, coincide con el fallecimiento del osado marinero más famoso que Popeye.
George Mendonsa moría a la edad de 95 años este domingo, tras sufrir una apoplejía después de caerse en el asilo en el que vivía en Middleton (Rhode Island), según comunicó su hija Sharon.
George, destinado en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, estaba de permiso cuando la foto fue tomada. Pero nadie le preguntó su nombre, ni siquiera Eisenstadt. Ni siquiera Greta (también fallecida en septiembre de 2016, a la edad de 92).
Pasó buena parte de su vida intentando convencer a todos de que él, y no otro, era el marinero de la foto, hecho que se confirmó no hace mucho tiempo gracias a la tecnología de reconocimiento facial. (Nada menos que 11 hombres y 3 mujeres afirmaron ser ellos cuando Eisenstadt puso en marcha una campaña para averiguar sus identidades).
Lo cierto es que ese beso les dio larga vida a ambos y toda la eternidad como recompensa final… Hasta en una camiseta ¿Te la compras o no te la compras? La Paz bien vale un beso, ¿no?