Banksy salva a Ucrania
El artista británico de rostro desconocido busca santos y mártires en sus siete murales en las afueras de Kiev. Regala arte, regala esperanza. Silencioso pero contundente, siempre habla cuando los demás callan
Banksy hace historia siempre… Y no es nuevo. Banksy llegó a Kiev casi al tiempo que los apagones generalizados en la capital de Ucrania.
Busca santos y mártires, seguramente. Y de forma anónima, como siempre, también. Respalda así, con su obra, al pueblo ucraniano. Su escena, tal y como acostumbra, es una declaración de principios.
Regala arte y proclama a un tiempo. Por ello, justamente, lo que regala es esperanza, tan necesaria en estos tiempos. Ahora le ha tocado a los muros semi-derruidos de Borodyanka, a las afueras de Kiev.
Banksy, silencioso pero contundente, siempre habla cuando los demás callan. Claro que ahora allí no callan ni quienes se esconden bajo tierra, en los refugios. Lloran y gritan ¡Slava Ukraini!
Pero el mundo parece haberles dejado de escuchar. Se han habituado a su sufrimiento. Por ello, gestos como que Sean Penn le regale su ‘Oscar‘ a Zelennsky hasta que la guerra acabe, o que Banksy recale por estas tierras de girasoles quemados… Importa.
Europa parece haber olvidado cuánto hay en juego. Pero Banksy, el artista británico de rostro desconocido, ha reconocido la autoría de los siete murales aparecidos en las tierras del trigo (ahora sin él).
El primero fue el pasado 12 de noviembre sobre las paredes de un edificio en ruinas. Y Borodyanka amaneció, de repente, con algo más de esperanza ante el olvido del mundo, ante el hábito de la guerra y la costumbre de los bombardeos sobre el cielo de otros.
Y sólo ahora, que Ucrania necesita más que nunca creer, el grafiti de este extrarradio de Kiev nos muestra cómo un niño derriba a un hombre, que alude claramente a Putin, en una pelea de judo.
Banksy coloca al hombre cayendo de espaldas sobre el suelo tras la llave ejecutada por el pequeño. Ucraniano, claro (por si alguien lo dudaba), que logra derribarlo.
No olvidemos que Putin es ‘cinturón negro’ de judo, así que la metáfora es todo un grito de “¡Slava Ukraini!”. Casi un año de silencio y Banksy vuelve a decirlo todo.