Amy Winehouse, 9 años de ausencia en tiempos de pandemia
Amy Winehouse, la reina del soul de ese maldito 'club de los 27', que lo dieron todo hasta ese último aliento... "Sólo escribo cosas que me han pasado, cosas que personalmente no puedo superar. Por suerte, soy bastante autodestructiva"
Amy forever. Amy Winehouse eterna. Acaso pueda decirlo sin más, sin caer en tópicos ni dar lugar a equívocos. Directa, como Amy. Pareciera que estamos en un tiempo de palabras gastadas.
Y la siempre inquietante voz de Amy resuena en mi cabeza. Penetrante… ¡¿De verdad han pasado ya nueve años desde que Amy Winehouse partió?!
Fue la ‘nueva reina del Soul’ y me atrevo a decir que aún, a fecha de hoy, no ha sido desbancada como la mejor voz de la música contemporánea.
“Nos hemos dicho hasta luego solo con palabras
Yo he muerto cien veces
Tu vuelves con ella
Y yo vuelvo a la oscuridad”
‘Back to black’ me hace pensar en la saciedad. Me parece que esta sociedad muere hasta cien veces, como canta Amy. Y que vuelve a la oscuridad. Incluso más, que se encamina a ella irremediablemente.
Sales a la calles (al fin, deberíamos recordar), y sólo ves a seres saciados de tanta saciedad, a los que el confinamiento les dio la razón de su mundo en un universo propio (‘on line’).
Son las generaciones del confort, nada dispuestas a retroceder ni una sola casilla. No quieren renunciar a nada de lo conocido. Por nadie, ni por ellos mismos.
Sólo hace un mes que terminó el ‘Estado de Alarma’ y el mapa aparece salpicado de manchas de irresponsabilidad, necedad y temeridad gratuita. Sólo en España vuelven a rozarse ya los casi 1.000 casos diarios.
Y es entonces cuando prefiero la voracidad carnal de Amy, conscientemente descarnada. Aún cuando la llevara hasta el límite más dramático.
Al menos, se sació de vida por y para el Arte. Y fue el entorno (su presión), el que la devoró y no a la inversa. Su huida desenfrenada de la voracidad de esta sociedad acabó con ella.
Y es que, tal y como escribió Bertol Brecht… “Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de empezar a decir la verdad”.
Digámosla pues. El planeta tiene su propio monstruo en esta pandemia, pero el responsable de ‘echarle de comer’, de alimentarlo y engordarlo para hacerlo crecer, es el mundo entero.
“El mundo es como una pipa
Y soy un pequeño centavo rodando por las paredes adentro”
En mi cabeza vuelve a resonar ‘Back to black’ en la voz de Amy Winehouse, una de mis canciones favoritas de esta diosa de la música que murió prematuramente, a los 27 años. (Acaso la muerte resulte siempre prematura).
La vida tumultuosa de Amy Winehouse la precipitó desenfrenadamente hacia su final. Intensa. Al menos, jamás fue culpable de la desidia, de un dejarse llevar.
Fue un querer probar, siempre. Y no un dejar pasar. Back to black, black. Black.