#25N
Cada año, casi 67.000 mujeres mueren asesinadas en todo el mundo, por el sólo hecho de ser mujer. Y aún sigue sin ser un asunto de Estado, en la práctica. En este 2018, España va camino de superar la aberrante cifra de 57 mujeres asesinadas por causa de violencia de género en 2017.
#25N y de nuevo, sin #ToleranciaCero frente a la violencia de género. Seguimos hablando de cifras. Muchas. Y de nombres, mucho menos, claro, aunque sean lo mismo. Siempre resulta más fácil despersonalizar el tema en una estadística.
Al menos, esta vez tenemos una nueva fecha en nuestra memoria colectiva para avanzar, puesto que parte de la dotación presupuestaria de 1.000 millones prevista para cinco años en esta lucha, ya fue desbloqueada el pasado 18 de octubre.
Recordemos que el acuerdo del Pacto de Estado articulaba sus recomendaciones en una serie de ejes de actuación. A saber…
La sensibilización y prevención. La mejora de la respuesta institucional. El perfeccionamiento de la asistencia de las víctimas. La protección de los menores (fundamental). El impulso de la formación de los agentes implicados. La mejora del conocimiento de este fenómeno. La atención a otras formas de violencia contra la mujer. El compromiso económico. Y el seguimiento del pacto.

La lucha contra la violencia de género no puede institucionalizarse sólo como una fecha más en el calendario (Fotografía bajo licencia de Creative Commons).
Pero, atendiendo a ese primer eje… Por ejemplo, ¿cuántas farmacias has visto en la senda de ese primer punto de sensibilización y prevención? Porque una de las medidas que recoge por escrito es “Utilizar las consultas médicas, centros sanitarios y farmacias como plataformas informativas sobre violencia de género”.
Del segundo radio de actuación, elegiremos el punto desarrollado de “Perfeccionar la tipificación de los delitos en el ámbito digital”… Obviamente, el motivo de decantarnos por esta ‘intención’ se justifica en algunas de las sentencias más escandalosas que nos ha tocado sufrir en este 2018.
En cuanto a los referidos a la asistencia de las víctimas y la protección de los menores… Qué dirían del propósito de “Establecer unidades policiales con formación específica en violencia de género que presten atención las veinticuatro horas del día todos los días de la semana”
… Y de este otro de “Incluir a los hijos en las valoraciones de riesgo de las víctimas”. Invisibles, ambos. ¿Les parece que se aproxime siquiera a la realidad?
A propósito de los puntos de “adoptar medidas que permitan que la custodia compartida en ningún caso se imponga en casos de violencia de género, o prohibir las visitas de los menores al padre en prisión condenado por violencia de género”… Ni hablamos de sus referencias en el día a día.
Se hacen sencillamente imprescindibles, en lo que a la asistencia y protección de menores se refiere. (Pensemos sólo en el conocido caso de Juana Rivas, uno más, popular por su proyección internacional).

Quizá cambiar las cifras del Día Internacional contra la #ViolenciaMachista resultará difícil, pero no cabe el silencio.
Y en la hoja de ruta, esas otras miserias de la política ‘in itineris’ en las que ni merece la pena profundizar. Desde la abstención de ‘Podemos’ en la firma del Pacto de Estado en julio de 2017 por considerarlo “insuficiente”.
A la, más recientemente, crítica del PP y Ciudadanos vertida contra el Gobierno socialista al que tildaron de “Ejecutivo accidental”, acusándolos de “romper el consenso”, por usar la vía del decreto ley sobre mediadas urgentes para, al fin, para desbloquear el tema.
No sé si a los familiares de Diana Quer (cuyo cuerpo apareció al fin este año, A Coruña), Jénnifer Sofía (Tenerife), Laura Elisabeth (Madrid) o Celia (Toledo), les preocupará que sea “insuficiente” o que “rompa el consenso político”…
Creo que no. Como mismo pasará con las familias de Maia (2 años), Aramis (1 año), Ana (18 años), Paula (5 años), Sharita (15 meses)…Eran los nombres de las hijas de las víctimas de violencia de género de 2017. Murieron como castigo a sus madres. (Hay dos menores más. Sus nombres son de niño, pero igualmente son víctimas de la violencia contra la mujer).
Y es que así empezaba nuestro artículo sobre el #25N de 2017. Ha pasado un año y, seguramente, ni Diana, Laura Elisabeth ni Celia calificarían a su agresor de ‘ejecutor accidental’. Pero los políticos sí se atreven a hacerlo. Una chapa en la solapa y un sueldo de diputado, ‘por mor’ del voto de millones de ciudadanos, envalentona. Y mucho.
https://twitter.com/mujeresjuezas/status/1066636976496001025
Quizás ellas murieran por la inacción de 200 medidas prometidas, o no. Nunca lo sabremos. Lo cierto es que son 46 mujeres menos y 6 niños menos jugando en el patio, víctimas del mismo maltrato dirigido a las madres.
Pero, sobre todo, son 200 medidas menos en el camino de sus vidas ya extintas. El pasado 18 de octubre se desbloqueó, al fin, el presupuesto para que las Comunidades Autónomas ejecuten la puesta en marcha de algunas de estas medidas.
Quizá entonces comiencen a cambiar las cifras del Día Internacional contra la #ViolenciaMachista o #ViolenciaDeGénero (qué bien se nos dan las etiquetas) Nuestro deseo para este #25N sería escribir un artículo sin nombres de mujer (ni niños) para el próximo 2019. Y sin otro manotazo más que no sea el del ‘tra trá’. Porque somos una y somos todas…